1. Conseguí follarme a mi hijo


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Sinuhe, Fuente: CuentoRelatos

    ... y me contestó con voz entrecortada:
    
    —Está ocupado mamá.
    
    —Abre, es una necesidad urgente.
    
    —Está bien, espera un segundo.
    
    Abrió la puerta y sus pantalones de pijama no podían ocultar su gran excitación.
    
    Ver aquel bulto, me puso todavía más cachonda.
    
    —Que estabas haciendo ahí encerrado.
    
    —Nada que tenía un apretón.
    
    —Sí, ya veo que te aprieta bastante —le dije mientras le acariciaba su polla.
    
    —Mamá, que haces —no sabía qué hacer ni dónde meterse.
    
    —Mira cariño, he estado pensando en lo que te he dicho antes y la verdad no me importa ser tu madre, te comería igualmente, me he puesto muy caliente y estoy loca porque me folles.
    
    Y mientras le decía esto, retiré mi bata y le dejé ver mi esplendoroso cuerpo aderezado con la lencería. Se quedó como hechizado mirándome y me dijo:
    
    —No te puedes imaginar lo mucho que he deseado que esto pasara, ni en mis mejores pajas me imaginaba algo así. Siempre me han gustado las mujeres gordas, y eso es por ti. Tienes un cuerpo precioso mamá.
    
    —Gracias, tú también, pero hoy no me siento tierna, hoy me siento como una perra en celo y necesito un semental que me clave su dura polla y me llene de leche.
    
    —Te voy a dar tanta leche que vas a explotar mami.
    
    Fuimos a mi habitación y lo tendí sobre la cama de matrimonio abrí mis piernas y me senté sobre él, solo notar como la polla de mi hijo entraba en mi húmedo coño, me corrí de gusto y él también. Su semen salía a borbotones de su polla y notaba como me llenaba ...
    ... las entrañas. Su miembro seguía duro como un palo, así que lo volví a meter en mi coño, mientras jugaba con mis tetitas. Sentí las manos de mi hijo en mis caderas, como sus dedos se hundían en mi carne, como me apretaba con fuerza las nalgas, clavándome sus uñas y yo me moría de deseo. Hacía años que no me ponía tan caliente. Cogí sus manos y las llevé hasta mis pechos.
    
    —Por favor, juega con ellos, masajéamelos, me excita tanto.
    
    —Quiero comérmelos mamá, quiero mamar de esas tetas que me alimentaron de pequeño.
    
    Empezó a trabajarme las tetas con total dedicación mientras yo clavaba mis uñas en sus pezones, estirándoselos y rascándoselos.
    
    —Así, cariño, como me gusta, que bien te follas a mamá.
    
    —Tienes el coño más caliente que he probado nunca, que bien me follas.
    
    Empezamos a movernos cada vez más deprisa hasta que noté que su leche se agolpaba a punto de estallar y entonces me bajé de él mientras le decía:
    
    —Cariño córrete en mi cara.
    
    —Mamá, que cachonda eres, chúpamela y trágate la leche de tu hijo.
    
    La primera explosión me dio de lleno en la cara su leche colgaba de un mechón de mi cabello, la segunda ya no la dejé escapar y devoré aquel miembro hasta que se quedó flácido y vacío, luego colocándome otra vez sobre él pasé mis manos por mi cara recogiendo los restos de su semen y comiéndomelo con gula le dije:
    
    —Está satisfecho, mi macho, le ha dado placer su gordita.
    
    —Me has dejado totalmente a gusto mamá... por ahora, pero creo que mi polla se va a ...