1. Un enmascarado en la casa


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... desesperada y necesitada…Pero la segunda embestida fue magnífica y mi grito entonces fue de puro placer. Me bombeó varias veces hasta que de repente se salió de mi vagina ahora bien dilatada.Me quejé; pero él acomodó mis tobillos sobre sus anchos hombros y volvió a metérmela hasta el fondo; mucho más profundo aún.Comencé a gemir, mientras esa gruesa poronga se movía en mis entrañas. El enmascarado parecía aguantar bastante y siguió cogiéndome sin compasión, aumentando su rudeza, mientras me decía toda clase de obscenidades al oído…Mi tercer y cuarto orgasmos llegaron casi juntos, dejándome casi desmayada de placer. Aullé y grité temblando, hasta que mi cuerpo se relajó y quedé en una actitud pasiva; sintiendo su pija entrar y salir de mi concha, cada vez con más frenesí.Pero enseguida el intruso acabó también, llenando mi vagina con su semen hirviente.La sacó y me ordenó que se la limpiara con mi lengua. Mientras le obedecía; él hundió uno de sus gruesos dedos en mi ano.De pronto noté que esa magnífica verga volvía a erguirse otra vez,El hombre me volteó boca abajo y me hizo poner en cuatro patas.Pero en vez de metérmela otra vez por la concha; la ...
    ... punta de esa cosa empezó a intentar colarse dentro de mi ano; que ya había sido bien dilatado por tres de sus dedos…Traté de relajarme y entonces el grueso glande entró suavemente traspasando mi apretado esfínter. Unos segundos después, me lo metió hasta el fondo; otra vez sin demostrar miramientos.Mi alarido de dolor no hizo más que excitar al enmascarado, que hizo caso omiso a mis súplicas para que se detuviera. El dolor era casi insoportable; sentía un tremendo ardor en el fondo de mi ano.“Este culo no era virgen… así que no te quejes, perrita…”Tras escuchar eso, mi vagina explotó en un nuevo orgasmo; mientras al mismo tiempo, su semen me quemaba las entrañas.Esta vez ya no quiso más nada. Con la respiración entrecortada, mi atacante nocturno se salió de mi trasero y cayó de espaldas a mi lado. Nos miramos, mientras él se quitaba el pasamontañas.“Sos una hija de puta cogiendo, Anita. Me encanta cómo tu culo me aprieta la verga… Tu buena amiga no sabe hacer eso…”Jorge estaba allí, recuperando el aire y acariciándome la cola.No pude decirle que ese sencillo truco de apretar una verga con los músculos anales me lo había enseñado su mujercita Helena… 
«123»