1. Tocando a mi tía Laura por las noches (2): Ahora más bien ella me toca a mí


    Fecha: 04/08/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Alexander_Leon, Fuente: CuentoRelatos

    Al otro día por la mañana cuando desperté, ella ya no estaba acostada, de hecho, yo estaba solo en el cuarto, ya todos se habían levantado. De nuevo tuve miedo de que todos se enteraran, pero esta vez no por mi tía, no, ya no más, yo sabía que ella lo disfrutó tanto o más que yo, pero si me preocupaba que una de tantas personas hubiera escuchado o visto algo.
    
    Cuando bajé a desayunar todo parecía normal así que me relajé un poco y traté de estar lo más normal posible, ella estaba en la cocina e hizo como si no me viera. Yo me la pasé buscando la ocasión de encontrármela para platicar de lo ocurrido, saber si le diría a alguien y sobre todo saber si se repetiría. Ya en la tarde por fin conseguí un momento a solas con ella para hablar, en cuanto me acerqué ella me sonrió perversamente, lo cual me confirmo que todo estaba todo bien entre nosotros por lo cual me acerqué y le agarré las nalgas y ella no me rechazó, pero tampoco hizo nada, solo me dijo:
    
    —esto no está bien, tú no sabes lo que puede pasar si alguien se entera.
    
    —¿Qué acaso no te gusto?
    
    —me encantó, pero ya no lo podemos hacer, entiende soy tu tía.
    
    —pero es que me gustas mucho.
    
    —¿si? (no pudo ocultar una sonrisa) y desde cuando te gusto.
    
    —desde que tengo memoria me he imaginado poder tocar ese trasero y ahora que lo logró no quiero dejarlo tan fácil —me sonrojé al darme cuenta de mi atrevimiento.
    
    Yo no podía creerme lo que estaba diciendo, nunca he sido del todo tímido, pero tampoco soy muy ...
    ... hablador y menos con las mujeres.
    
    —¿entonces solo te gusta mi culo?
    
    —noooo, claro que no, me gustas toda, pero eso es lo que más me he imaginado.
    
    —tú eres joven y agradable además no eres nada feo, ya ve a conseguirte niñas de tu edad y olvídate de esto que es una locura y no sé cómo permití que pasara.
    
    —no, yo no me rendiré tan fácil.
    
    —¿no cambiaras de opinión?
    
    —no.
    
    Se escucharon ruidos de que alguien venía y fingimos que nada pasaba.
    
    Fue todo por ese día, me fui a mi casa como si nada.
    
    Un par de semanas después nos invitaron a el cumpleaños de mi prima, la hija de Laura y sería en casa de ella, yo tenía claro que probaría suerte. Ya en su casa yo no sabía qué hacer ni cómo actuar, pero pasada un poco la tarde fui tomando confianza y aprovechaba cada ocasión para arrimarle un poco el paquete o rozar con mi mano su trasero. Cada vez que se iba la cocina yo también iba con algún pretexto para ir y tocarla, ella no decía nada, no decía que sí, pero tampoco que no. Ya llegada la noche todos se fueron a sus casas, pero como yo me llevo muy bien con mi prima me quede con el pretexto de estar con ella y me toco dormir en el sillón.
    
    Los cuartos están en el segundo piso y yo me quedé a dormir en la sala que está en la planta baja, yo no sabía cómo hacer para subir sin levantar sospechas, pero de cualquier modo no serviría pues estaba acostada en su cuarto con su marido, mi tío. Así pasó un rato, se me ocurrió subir al baño a ver que sucedía y lo hice, pero no ...
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