1. Lo merezco por bocona


    Fecha: 06/08/2018, Categorías: Hetero Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Lourdes, divorciada, 38 años, vivo en Montevideo, Uruguay. En un grupo de amigos de animales, conocí un chico uruguayo, pero que vive en España. Nos hicimos muy amigos, siempre hablábamos de todo, pero lo que más me atrae de él es lo que sabe sobre animales. Él se llema Eduardo, tiene 52 años, también divorciado, es muy interesante hablar con él. Como decía, siempre hablamos de animales, hasta que empezamos a intimar en los temas, le dije porque me había divorciado, que mi marido me metía los cuernos con una compañera de trabajo, y que yo cuando me enteré le empecé a meter los cuernos con un amigo en común que teníamos. Le contaba con lujos de detalles lo que hacía en la cama con mi amante, como se la chupaba, que siempre lo hacíamos por atrás, que me encanta que me hagan la cola. Notaba que Eduardo se excitaba, me empecé a mostrarme desnuda frente a la cámara, le mostraba el agujero de mi cola como lo tenía abierto, y por dentro me cagaba de la risa de él. Yo le pedía que me muestre la pija, «como quiero tenerla bien adentro», le decía mostrando mi cola y abriendo bien mis nalgas, apretando y relajando mi ojete, «es bien gruesa como a mi me gusta, para que me la claves de una y me hagas cagar de placer», decía y me metía un dedo. «En cualquier momento voy a ir y te voy a coger esa hermosa cola que tenes», me decía, «hay ojalá vengas pronto, tengo unas ganas de que me cojas», le decía y me acostaba boca arriba, levantando bien mis piernas y me acariciaba la concha ...
    ... para que él me viera. Un día le mandé un vídeo afeitandome entre las piernas, «mira como te espera mi concha?, bien peladita», lo volvía loco. Estaba cerca mi cumpleaños y Eduardo me pide la dirección de casa para mandarme un regalo, se la di y llegó su regalo. Así lo seguía haciendo poner loco, una de mis hermanas me regaló un consolador para joderme, y después yo le mostraba a Eduardo como lo usaba, me lo metía en la concha, me sentaba sonre él haciendo que entre en mi cola, yo veía a Eduardo como se hacía la paja viendo mí espectáculo, y no sólo que gozaba, me cagaba de risa de él. Pero el muy hijo de puta no me dijo nada, y se me aparece una madrugada en mi casa, yo cuando lo vi, no podía creer lo que estaba viendo. Entró sin decirme nada, casi dándome un empujón, yo estaba con mi camiseta de dormir y mi bombacha puesta, me tiró. sobre el sofá y antes que pudiera reaccionar, ya me había sacado la bombacha y se estaba bajando el pantalón, «para, para un poco», le quise decir, cuando me abre las piernas y me mete toda la pija en la concha, haciendo que me duela, ya que estaba seca, «que haces?, estas loco?», le decía intentando reaccionar y Eduardo empezó a meter y sacar su pija de mi concha. «No me dijiste que me esperabas así?», me dijo, sacando su pija y me hace dar la vuelta, «no, en seco por la cola no», le pedía casi agritos. Me dio dos palmadas en las nalgas y me acomoda la pija contra el agujero de mi cola, mordi el posabrazo del sillón por no gritar por el dolor que ...
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