1. Ustedes que harían


    Fecha: 09/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    En verdad nunca supe bien que es lo que ella me vio, no soy un tipo pintón, por el contrario, soy petiso, algo excedido en peso y con una incipiente calvicie para mis casi cuarenta años, tampoco soy el hombre de buen carácter, soy un tanto ermitaño, y suelo enojarme con facilidad, no soy el tipo amable, dulce y acogedor con el que las mujeres sueñan, menos el que regala flores, o el que está en todos los detalles, eso no está en mi sangre.
    
    Tampoco tengo una fortuna, ni mucho menos, los pesos que me da la librería me alcanzan con lo justo para vivir modestamente y alquilar un pequeño departamento de dos ambientes, sin muchos lujos, es más, sin nada de lujos.
    
    Por eso, cuando mi situación con Noelia fue cosa seria, mucha gente no salía de su asombro, mis amigos decían que nuestra relación era la prueba fehaciente ‘de que el amor es ciego’, y siempre me decían que me había llevado con ella el premio mayor, que con ella me había sacado la lotería.
    
    Sin dudas, Noelia es demasiado bonita, un diamante en bruto que cualquiera quisiera tener, alguien a quien el destino había cruzado en mi camino y yo había sabido conquistar.
    
    Pero en algún punto de nuestra relación las cosas se fueron desgastando, un poco por mi forma de ser, un poco por la rutina, un poco por el desgano, como sea, todo influyó para llegar a este presente.
    
    Todo había empezado tiempo atrás, yo recién cumplía treinta y uno, y como cada día era esclavo de mi negocio, una modesta librería de ramos generales, ...
    ... donde pasaba las horas para sacar unos míseros pesos.
    
    En ese momento odiaba a las mujeres, estaba terminando los trámites de divorcio con Karla, la que había sido mi esposa y parecía empeñada en dejarme en la ruina.
    
    Era temprano, recién había abierto, aún acomodaba algunas cosas cuando ella entró por unas fotocopias, era preciosa, con un rubio teñido en enrulados cabellos que llegaban a su cintura, unas gafas enormes oscuras que me impedían ver sus ojos, reposando sobre su pequeña naricita, una boca prominente, de labios carnosos, llamativamente perfectos, noté que era tan alta como yo. Lucía un vestido de algodón adherido a su cuerpo, en línea continuas y alternadas entre blanco y negro, sin mangas, largo hasta los tobillos, le quedaba muy bonito, como dibujando sus curvas y contra curvas, como decirlo, le quedaba sexi, discreto y llamativo, todo en uno, imaginen, bonitos pechos, escueta cintura y un generoso y delicioso trasero.
    
    Tomé sus papeleríos y empecé a fotocopiar, su documento, observé el número y calculé unos veinte años, no más, y luego muchos papeles de un juzgado, era todo parte de un divorcio, estaba pasando por lo mismo que yo pasaba con mi ex, así que sabía del tema.
    
    Mientras seguía en la rutina le observé de reojo un par de veces, ella permanecía parada en silencio y cada tanto secaba disimuladamente alguna lágrima que escurría bajo esos lentes oscuros.
    
    Comprendí que estábamos en la misma situación, y que ella estaba herida, así que de la nada ...
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