1. Ustedes que harían


    Fecha: 09/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... vieja puta esa de la doctora Rubinstein sabía más que yo…
    
    Tomé una decisión, si no podía ganar al menos no quería perder, junté varios pesos y fui al centro de la ciudad, a un sex shop, con una tonta idea que tal vez funcionara…
    
    Busqué penes de juguete, macizos, realmente eran impresionantes, que similitud, al apretarlos parecía apretar mi propio pene, las formas, las venas, reí para adentro pensando en mi mujer…
    
    Compré tres unidades, el vendedor me miraba sin comprender mucho, tal vez pensó que era gay, pero busque de unos veinte por cinco, bien generosos para que la perra no se quede con ganas, incluso uno negro, para matar de paso otra posible fantasía…
    
    Busqué una estrategia, esa mañana, luego de desayunar fui a darle un beso a la cama codo cada mañana, solo que antes de irme dejé sobre la mesa los tres ‘amigos’ envueltos con papel de regalo.
    
    A mi regreso esperé su reacción, pero no dijo nada, yo tampoco lo hice, jugamos un rico juego de ‘yo lo sé, tú lo sabes, pero nadie lo dice’, y sin mencionarlo ambos esperamos el momento de la cama, luego de la cena.
    
    Había llegado ese momento, yo ya estaba en la cama esperando a Noelia, perdiendo el tiempo con mi celular, ella estaba en el baño, tardaba más de lo normal, hasta que apareció para sorprenderme, con un sugerente disfraz de enfermera que evidentemente había comprado, toda en impecable blanco, sobre unos zapatos blancos de finísimos tacos con medias de red que llegaban bien arriba en sus perfectos ...
    ... muslos, un guardapolvo apenas abrochado por el frente, sus turgentes pechos amenazaban por escapar del escote, tan sensuales como de costumbre, tan corto que apenas llegaba a la mitad de sus caderas dejando al desnudo sus enormes nalgas, y hasta su pubis apenas protegido por una tanga transparente por donde adivinaba una sensual depilación, su cabello recogido prolijamente con ese adminículo característico en su cabeza con la cruz roja.
    
    Su piel cobriza por el bronceado de verano resaltaba con el blando de su vestimenta.
    
    Puso música sensual y bailó con cadencia para mí, como una puta de cabaret, se me erizó la piel, ella era mía, solo mía y si algo estaba seguro era que no quería perderla, con la verga dura intenté agarrarla para cogerla, pero ella me evitaba, me provocaba demasiado cerca, pero nunca se ponía a mi alcance, se tocaba, se acariciaba, se encorvaba, sensual, hasta que al fin logré asirla por la mano y la traje sobre mí, a la fuerza…
    
    Ella empezó de inmediato a acariciar mi verga por sobre el slip, adoraba que hiciera esto, me hacía desear tanto que hiciera más, pero no lo hacía, nos besamos con pasión, apretó sus labios contra los míos hasta hacerme doler, en esos besos que se demuestra la embriaguez de sexo, tan rico, tan profundo…
    
    Subí el pequeño guardapolvo hasta la cintura y mis manos se prendieron como tenazas en sus cachetes, hice a un lado la tanga y enterré un par de dedos en su mar, estaba inundada, quise besar sus pechos, pero estaban ocultos, tiré ...
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