Confesiones a mi diario - Relatos Eróticos

Confesiones a mi diario

Querido diario, eres mi confidente y sé que contigo puedo hablar abiertamente. Este fin de semana lo pase con mi ama leidy de la que tanto te he hablado, esa mujer que me somete de forma tan ardiente, Pero este fin de semana fue algo diferente, viajamos a la cabaña de unos amigos de ella, en una hermosa finca con piscina, cancha de tejo y mini futbol, un clima templado delicioso que inspiraba a pasar un rato en la piscina y tomar unas cervezas heladas. Estaba disfrutando del paisaje cuando leidy me toma de la mano, me lleva a la habitación principal, hermosa grande, con un televisor gigante, bar y equipo de sonido y ni que decir de la cama ufff gigante y hermosa, de pronto me dice al oído, no se te olvide, que desde este instante ya no eres hombre, ahora eres mi perra así que quítate esa ropa y saca la nueva. Entonces le dije “¿la nueva?” hace mucho no usamos ropa nueva, siempre me pides que me ponga la de siempre tu ropa usada y llena de semen que acumulas de las noches de pasión con otros hombres, a los que llamas verdaderos machos. Y me dice con esa mirada picara que sabe poner, brigitte es que este fin de semana será algo muy especial. Ya lo veras. Así que me dispuse a obedecer, me despoje de todas las prendas que reflejaran masculinidad, fui a la regadera me enjabone con una delicioso jabón con aroma a mujer y mientras me rasuraba iba presentando una erección y unos deseos tremendos de masturbarme, pero no podía hacerlo, mi ama me tenía prohibido hacerlo debía guardar ...

... castidad (esa era una de sus órdenes) una vez termine la tarea, Salí del baño pero en la habitación ya no estaba mi ama así que saque de su empaque la ropa que había comprado mi ama para mí; había una vestido rojo de ceda con un escote profundo adelante y atrás, además había unas brasileras de encaje preciosas del mismo color y un liguero que hacia juego. No espere más, me coloque el vestido, que se deslizaba hermoso sobre mi piel, pero era muy corto y apenas tapaba mis nalgas, pero si me agachaba se me veía hasta el alma, jajajajajaja. El liguero y las brasileras se podían notar por debajo del vestido, tenía ropa, pero me sentía desnuda, abrí el cofrecito de los accesorios, me puse una pulsera divina, un par de aretes hermosos y largos (como ya sabes querido diario, todo me gusta largo, 😊), me coloque mi collar de perra con su cadena de acero, unos lindos tacones y salí de la habitación. Ella me esperaba en la sala también muy hermosa, como siempre, estaba sentada en un sofá grande y tenía puesto su traje enterizo negro de látex, pegado al cuerpo, con su látigo en la mano (ese que tanto le agrada), me llamo con el dedo y me señalo que me sentara en el piso a su lado y me dice al oído “mi perra malparida, hoy es un día muy especial ojo con decepcionarme” y me dijo ve a tu cuarto más tarde te llamare, ¿mi cuarto? Pregunte. Si tu cuarto o que creías que ibas a tener el principal? Jajajajjajajaa. Noooo perra, ya te dije hoy no es como los otros días, tu cuarto es este. Un cuarto ...