En la naturaleza - Relatos Eróticos

En la naturaleza

... besamos largo rato, dejando que me manoseara a placer. Empezó a tronar y nos metimos a la carpa. Allí continuó con sus caricias y me fue desnudando. Sin apuro me dilató lubricandome con sus fluidos. Su lengua en mi ano me dió un placer tan increible que no pude disimular. Dejo de llover y nos vestimos para cocinar algo para cenar. El cielo se despejó y allí bajo las estrellas continuamos besandonos y acariciandonos. Yo estaba en otro mundo, nunca antes había sentido atracción por un hombre y ahora me moría de deseo de ser suyo. El fue a lavar los platos y yo me desnudé y acosté boca abajo en la carpa, después de lubricarme muy bin con vaselina. Ramón entro y me vió desnudo y empezó a besar mis gluteos mientras se desnudaba. Luego se montó sobre mi y deslizó su sexo en mi ano suavemente. Empecé a gemir de placer, sentí un dolor un poco agudo y apreté mi trasero como intentando sacarlo, al disminuir la presión, aquellos 19 cm de virilidad se hundieron en mi cuerpo hasta el fondo. Me sentí completo por primera vez, supe lo divino que era ser la hembra y sentirse invadida por un pene como aquel. Di un fuerte gemido de placer y dolor, y el más increible orgasmo de mi vida explotó en mis entrañas. Ramón empezó a cogerme y yo a moverme lujuriosamente con el, jadeando de placer y deseo sin reprimirme, hasta que lo sentí eyaculando intensamente en mi interior. Quedamos agotados, jadeando de placer y cansancio. Sentí su corazon latiendo en mi espalda y me sentí feliz como nunca. Esa noche aprendí a satisfacer a mi hombre oralmente. Me convertí en su hembra. En vez de 10 días pasamos todo el mes allí, solos, amandonos en la naturaleza, sin miedo, sin represiones, sin verguenzas. Al volver decidimos vivir juntos. Me he afeminado para el, depilando mi cuerpo y maquillandome, peinandome, y vistiendo femeninamente. Somos pareja y no lo escondemos porque estamos muy enamorados