1. La reeducación de Areana (8)


    Fecha: 14/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... decirte. Una sumisa no puede querer nada. Una sumisa, cuando tiene una necesidad, suplica por la satisfacción de esa necesidad. ¿Entendiste?
    
    Areana sintió que sus mejillas enrojecían de vergüenza y experimentó un doloroso sentimiento de culpa.
    
    -Sí, señora, entendí y le pido perdón por mi insolencia… -murmuró.
    
    -Bien, que sea la última vez, mocosa.
    
    -No volverá a pasar, señora…
    
    -Espero que así sea, por tu bien. –dijo Amalia y luego le ordenó a la sumisa que se pusiera en cuatro patas. Inmediatamente embadurnó el dildo delantero mientras sentía el goce que le procuraba el otro, ya metido en su concha. Le dio a Elena el plug anal luego de envaselinarlo y le dijo:
    
    -Penetrala por el culo.
    
    -Será un placer. –aseguró Elena tomando el dildo y dirigiéndolo lentamente hacia el objetivo. Puso un poco de vaselina en la diminuta y rosada entradita y apoyó allí la punta del plug, haciendo corcovear a Areana. Amalia le dio un fuerte chirlo y exigió:
    
    -¡Quieta, potranca!
    
    -Perdón, señora… perdón…
    
    Elena, a la izquierda de la niña, a la altura de su cadera, comenzó a introducir el plug lentamente, mientras Areana gemía y movía sus ancas de un lado al otro. En ese momento Amalia la penetró despacio por la vagina hasta que el dildo dio contra la membrana virginal y la traspasó con un mínimo dolor para Areana y apenas un delgado hilito de sangre. Amalia sonrió complacida y embistió confiada hasta meter el dildo totalmente mientras Areana se entregaba por completo al ...
    ... intenso goce que sucedía a ese fugaz ramalazo de dolor con que había pagado su desfloramiento. En la cumbre de ese placer físico y mental cuyas dimensiones no había sido capaz de imaginar, movía su culo complementando los rítmicos embates de Amalia con su pene artificial hasta que empezó a sentir los síntomas previos al orgasmo. Se entregó en cuerpo y alma a esas sensaciones indescriptibles de tan placenteras y cuando el orgasmo la estremeció de pies a cabeza todo su ser se expresó en ese grito interminable que la acompañó en su caída boca abajo sobre la cama. Allí quedó jadeando roncamente, plena y dichosa como nunca al tomar conciencia de que su nueva vida, su verdadera vida, había comenzado y le pertenecía a su dueña, la señora Amalia, que la dio vuelta, le metió dos dedos en la conchita y cuando los extrajo empapados de la sustancia eyaculada le ordenó abrir la boca y se los metió allí:
    
    -Limpia mis dedos de tus fluidos, putita. –y areana, sumida en el éxtasis de la felicidad, bebió una y otra vez su líquido eyaculatorio que Amalia iba extrayendo de esa concha recién desflorada. Media hora después, Marisa higienizaba a la sumisita con la manguera en el baño de la habitación-celda y la metía luego en la cucha, aunque sin esposarla ni engrillarle los tobillos.
    
    Mientras tanto, ya duchadas y mientras Elena se vestía, Amalia le daba sus instrucciones para el día siguiente:
    
    -Bueno, Areana ya está en la jaula y ahora voy por su mami. Mañana la llamo para que venga a las cinco ...
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