1. Liberado al fin.


    Fecha: 08/07/2022, Categorías: Anal Tus Relatos Autor: Viktor, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Esa tarde mis nervios me habían jugado mala pasada. La ansiedad, las locas ideas, poder concretar un sueño tan deseado me habían llevado a tener cólicos y dolores de estómago que llegaron a ser fuertes, intensos. Algo que me dió una amiga calmó mis cólicos y moderé la ansiedad tanto como pude preparándome.
    Me había depilado todo el cuerpo, excepto pestañas y cejas, no quedaba vello sobre mi piel. Jugué con un par de pelucas pero no me gustaban y preferí hacer un peinado práctico. Cabello recogido detrás de la cabeza y ya. Elegí los aros de perlas grandes, suave pintura de labios carnesí, sombra en los ojos, resaltador de pestañas, y una base en los pómulos que daba un delicado tono rosado.
    Elegí ropa, probando varios conjuntos íntimos hasta que elegí uno negro con vivos rojos que apenas me cubría cada parte y se perdía entre mis nalgas la parte trasera.
    En ropa interior me probé los zapatos y elegí mirando cuáles me dejaban la cola más paradita. Unos medianos que exhibían mis dedos y mostraban las uñas de los pies esculpidas.
    Por último un vestido que cubría escotado y sin espalda la parte superior, quedando trabado por un fino lazo detrás del cuello. Exhibía mi vientre y con dos cintas laterales quedaba unido a una pollera con tablas tipo escolar. Oscuro y con delicadas flores resaltaba sin opacar mi figura.
    Todos mis nervios cuando ví mi propia obra, se transformaron en una alegría inmensa.
    Había decidido ponerme unas medias largas que llegaban hasta la base de mis ...
    ... nalgas del color de mi piel.
    Me saqué la bombacha, me inspeccione frente al espejo y me iba calentando cada vez más con lo que veía, pero también sabiendo para quien me había puesto así.
    Fui al baño y sabiendo del tamaño de su verga, saqué un par de juguetes y líquidos para dilatar mi culito. Quería disfrutar sin dolor.
    Jugué con tres de mayor tamaño cada vez para dejar mi agujero bien abierto y dispuesto a recibir esa terrible poronga.
    El era un compañero de trabajo a quien de a poco y con paciencia le fui sacando la información de que se cojia lo que fuera. O sea un desesperado que no miraba otra cosa que a quien poder darle pija.
    Alguna vez en el baño, cuando nació mi interés, había visto que su pija semi flácida era oscura, gorda y se notaba pesada. Creo que el también supo ese día que me iba a cojer.
    Yo sabía que no íbamos a dar muchas vueltas, no era de hablar o dar rodeos. Si venía a cojer, cojía. Sino no venía.
    Y ese día, vendría.
    Llegó puntual y cuando abrí la puerta pasó para quedarse parado, mirándome incrédulo
    Me dió un profundo beso aprovechando a meter su lengua en mi boca, mientras me recorrió las nalgas con las dos manos como desesperado.
    - Me gusta mucho que estés así, dijo y sacó con algo de trabajo su verga del pantalón.
    Quedó con sus pantalones y calzones debajo de las rodillas mostrando un monstruo
    Era el doble de lo que me había gustado y se notaba que le faltaba para llegar a su esplendor.
    - Te gusta dije yo, con aire de inocente
    - Mucho te ...
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