Mi sirvienta Juanita, la complaciente
Fecha: 12/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: yavaloc, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... oficina, ahora no hubo espera, desde que entramos nos besamos mucho, le quité su vestido y su bra, quedó en bragas, hice lo mismo, me quedé solo con la camisa. Ella sin pedírselo, se puso a horcajadas y comenzó a mamar mi verga, la lamía y luego la metía en su boca chupándola toda. Luego la tomé de la cabeza y comencé a follar su boquita. Luego me senté en el sofá y le dije que se quitará las bragas, luego le pedí que se montara encima de mi, ella se fue montando sobre mi verga hasta metérsela, y comenzó a cabalgarme rico, mientras yo tomaba sus senos con ambas manos y le chupaba las tetas y los pezones tan ricos que tiene. Ella al rato se provocó un orgasmo cabalgándome con fuerza, Juanita tenía mucha facilidad para llegar al climax. Luego de su corrida, yo me fui levantando del sofá con Juanita prendida a mi cuerpo, entrelazó sus piernas a mi cintura y seguí cogiéndomela de pie, siempre había querido hacer esta pose y con Juanita que era de talla pequeña y un peso de unas 100 o 105 lbs, no era tan dificil hacérselo así. Yo la tomaba de sus ricas nalgas la levantaba y la dejaba caer sobre mi verga parada. Lo hice por buenos minutos. Después la llevé a mi escritorio allí la acosté y la penetré nuevo, puse sus piernas ...
... en mis hombros y le pistonie mi verga profundo en su chuchita. La llevé a otro irremediable orgasmo, ella gimió fuerte, diciendo -ayyy dios, que rico, que ricooo!!- y se vino. Yo seguí ensartándola otros segundos hasta que logré correrme, de nuevo deposité un chorro de esperma en su vagina, cuando saqué mi verga un chorrito blanco salió de su rajita y cayó al suelo.
La calentura entre Juanita y yo siguió en aumento, ahora parecía eterno que llegara un próximo sábado, si es que yo no tenía algún compromiso con mi esposa. Así que cuando mi esposa salía a hacer sus diligencias (super, compras, salón de belleza, tomar un café con sus amigas), Juanita me esperaba en el cuarto de servicio, y allí le echaba un buen polvo. Me encantaba ponerla en cuatro y chuparle las nalgas, luego penetrarla al estilo perruno hasta hacerla correr. Luego me chupaba la verga y finalizar con un misionero en donde ella se corría de nuevo y yo le depositaba mi semen en su vagina. Sucedió varias veces así.
Finalizó la cuarentena obligatoria y su esposo consiguió trabajo por aquí. Le dijo a Juanita que no quería que siguiera trabajando. Asi que cierto día tomó sus cosas y se fue. Me gustaría volverla a ver, pero eso sería una tentación fatal.