Julissa me inauguró el culo y me volvió su putita - Relatos Eróticos

Julissa me inauguró el culo y me volvió su putita

Desde niño empecé a vestirme con la lencería de mi mamá y luego con la de mi hermana. Esto me excitaba mucho y fantaseaba con ser una mujer sexy y salvaje. Y más que tengo un culo bien formado y rico. De adolescente me autonombré Shirley porque había una bailarina bien puta que me encantaba cómo modelaba lencerías. Aprovechaba siempre que me quedaba solita en casa para probarme toda la ropita que podía mientras me masturbaba frente al espejo y gemía como una zorrita. Luego con el tiempo empecé a usar inclusive algún plumón grueso para penetrarme como si usara un consolador. Pero, ya de adulta me entró el deseo de pasar al siguiente nivel: ser penetrada por una verdadera verga y sentirme toda una mujer dominada. En mi caso me excitaba la idea de que sea otra trans la que me cogiera, no se me cruzaba por la cabeza pensar en otro hombre de apariencia. Quería sentirme puta, dominada y algo lesbiana jajaja. 
Así que hace unos 8 años atrás, una noche, antes de entrar a trabajar, me entró la curiosidad de buscar algún contacto de una puta travesti activa que pueda satisfacer mis ansias. Me temblaba mucho las manos y la voz al hablar, tenía un poco de vergüenza de comentar que quería ser cogida pero usando alguna lencería que me haga ver bien femenina y sensual. Y es aquí donde conocí a Julissa. Su voz era un tanto gruesa pero femenina, cuando me escuchó se dio cuenta que era mi primera vez con una trans y que nunca antes me habían cogido y no se hizo problemas en ofrecerme ropa si ...

... nos veíamos. Así que quedamos en vernos después de mi trabajo. Al salir, cogí un taxi y le pedí que acelere. Mi corazón estaba a mil por hora y mi ano empezaba a palpitar. Todo mi cuerpo estaba erizado de solo pensar en lo que Julissa podía hacerme sentir esa noche. Me dijo que me esperaba en una esquina cerca a la vía expresa con la avenida Canadá (en Lima Perú). Cuando bajé del taxi, no la encontré, pensé que me había estafado, pero luego vi que del fondo aparecía una silueta delgada y alta, con una minifalda rosada y un escote blanco, cabello largo y amarrado con una colita, era Julissa. Me agradó a primera vista. Le dije que me hacía llamar Shirley. Y me llevó de la mano hasta su departamento que estaba a la vuelta de donde nos encontramos. Era un edificio un tanto abandonado y oscuro, recuerdo que subimos hasta un tercer piso, y podía escuchar gemidos por donde sea. Creo que ahí vivían más travestis. 

Cuando me hizo entrar a su habitación oscura, estaba bien nerviosa, y ella me pidió que me ponga cómoda, me quedé sentada sobre la cama sin saber qué hacer en ese momento. Hasta que me dijo que me quite la ropa para mostrarme las opciones que tenía para vestirme. Ella me empezó a desnudar lentamente y, al ver su ropa, me encantó una lencería roja de y una peluca negra. Inmediatemente me fui vistiendo y me encantaba la forma en como mi colita resaltaba. Le pedí que me tomara varias fotos en las que posaba sensualmente mostrando mi culo. Incluso le dije que deseaba filmar ...