1. (9) Cristales helados al amanecer


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... quien la meta prisa, aunque la prisa no se puede meter, se puede apremiar y eso de meter yo lo tenía muy claro.
    
    Y le pregunté de una forma ambigua, que como no tenía alguien a su lado, que no desprendía languidez. Dijo que no le daba importancia a la pareja, que todo era efímero y por esa causa cogía lo que le parecía y lo dejaba de la misma forma, ya que nada dura eternamente.
    
    Repregunté por qué ese mensaje de no tener prisa, su respuesta fue una sonrisa, y dijo medio riendo que mi reacción no la esperaba, ya la había utilizado otra vez y el pájaro se disparó, fue todo lo contrario a mi reacción, pensaba que era terreno conquistado, y se llevó un buen chasco, y me hizo una pregunta sorprendente, que cuantas amigas tenía del pub.
    
    La respuesta era sencilla, una, solo una, el resto son conocidas. Su mirada me dijo que no lo creía, sobre todo por las reacciones de todas, pero se equivocaba, es una, Blanca bebe sin control y una madrugada de invierno sus amigos escaparon de ella, lo hacían siempre que podían, pero ella procuraba quedar antes para que la llevaran a su casa, y esa madrugada estaba sola en la acera, la helada aumentaba y no se sostenía en pie, el último en salir fui yo y me miró esperanzada, y no pude dejarla allí, la llevé a su casa.
    
    Blanca es una mujer joven, aunque nunca le pregunté la edad, tuve demasiados detalles para saber que podía tener treinta y pocos, pero su vida estaba llena de problemas irresolubles.
    
    Y una madrugada de sábado, en el ...
    ... corcho pinchó una cartulina, letras negras. HEMOS MUERTO Y ESTAMOS EN EL INFIERNO. Y una imagen de fondo, un sol oscuro. El sol ceniciento y casi oculto, por el humo de las llamas de un pozo de petróleo ardiendo en Kuwait.
    
    Esa frase la escribió una mujer con graves problemas, familiares y de su entorno, sus amigos la daban de lado, era comprensible, ella les complicaba la vida, se apoyaba en ellos y como dijo una amiga de ella, que te pasaba toda su mierda, sus problemas que no sabía resolver y que lentamente la bebida donde se refugiaba, la estaba matando.
    
    Esta mujer no era del montón, no, disponía de los conocimientos suficientes para tener una sólida posición económica, una pequeña cadena de tiendas de ropa, actual, muy actual, tiene un nombre muy raro, parecido a vanguardia rota, algo así pero en inglés, una tarde observé la tienda estándar, su cuartel general, estaba al otro lado de la calle, la vi moverse con soltura, atendía muchas cosas a la vez, no paraba, sus empleados (Plural), parecían torpes acémilas a su lado, les empujaba.
    
    Y me descubrió, se me quedó mirando, y con su mano izquierda puso la postura de ser una pistola y que me disparaba, es decir, que elevó ligeramente la mano, el impulso de retroceso del arma al ser disparada y luego me saludó volviendo a su huida de sí misma, yo me mantuve inmóvil, impasible, éramos parecidos, vivíamos en nuestro propio infierno.
    
    Nos conocíamos de vista, de vernos en el pub, y cuando cerraba, buscaba con la mirada a ...
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