¡Felicidades, J! - Relatos Eróticos

¡Felicidades, J!

... hundiese hasta donde pudiera. Ni que decir tiene que yo no dejaba de babear, y lo tengo comprobado: cuanto más meten, más salivo. Me alucinó decirle lo mamona que soy mientras le pajeo con toda mi saliva en su rabo.Él no paraba de resoplar y decirme que le ponía mucho cuando gemía al mamar, porque no dejé de hacerlo. ¡Estaba tan rica! Después de un ratito intercalando la succión y la follada de boca, decidí correrle. Me moría por hacerle explotar. Le miré a los ojos y sin decirle nada empecé a bombear con los labios. Subí y bajé cada vez más deprisa, aprovechando para bajar el prepucio y descubrir su capullo con tironcitos suaves pero contundentes, y no cedí ante sus "para, para"... De hecho, al cruzar el punto de no retorno, empezó a gemir y, sin sacármela de la boca, se corrió sin ningún miramiento... Toda la corrida para mí (y sin avisar :P). Ni que decir tiene que acabé perdida: entre el sudor, la saliva y todo el semen que saqué, el labial rojo que me puse y la máscara de pestañas habían casi emborronado mi cara. Pero no me importó pasarle la lengua por el capullo, haciendo que se retorciese de nuevo... Nunca se me olvidarán los temblores en su pierna al hacerle eso. Cuando la sangre le volvió al cerebro (que, chicos, estáis monísimo hasta que eso pasa, jaja), aproveché para darle un beso muy tierno y volver a desearle un cumpleaños muy feliz. "Por la primera de muchas", le dije.Ahora intentamos celebrar cualquier cosa así. Así que si no sabéis qué regalarle a un amigo, probad con una mamada. ;)