1. A la prima se la sigo arrimando


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... dolió.
    
    -Aaaagh.
    
    -¿Ves? Te duele, dejémoslo.
    
    -No, primo, tú sigue despacio, por favor.
    
    Me miró con una cara que no pude resistirme y hice lo que me dijo. Al rato su ano estaba suficientemente dilatado y mi polla bombeaba a buen ritmo. Los dos gemíamos como locos y la cabina del pulpo se balanceaba adelante y atrás. Mi prima se agarraba a la barra de sujeción y al momento se corrió como una loca. Yo aguanté un poco mas y después me corrí también con un grito, inundando su culo con mi semen.
    
    Me salí con cuidado y mi prima se quedó así, mirando al horizonte.
    
    -¿Te ha gustado?
    
    -Si, me ha gustado mucho. Luego tendré que cagar tu semen, jejeje, me dice. Anda, vámonos a casa, que me he quedado exhausta.
    
    Salimos ya de noche del parque y nos fuimos a casa. Esther andaba un poco forzada. Su culo debía dolerle, pero no me dijo nada. Llegamos a casa y, tras una ducha, se quedó en mi casa a cenar. No sabía si dormiría conmigo o en su casa.
    
    Cenamos mucho y hablamos de todo un poco, y mi padre bromeó sobre cuando nos íbamos a casar.
    
    -¿Casarnos? es muy pronto, dijimos casi al unísono.
    
    La cena terminó y mi prima decidió quedarse a dormir en nuestra casa. Mis padres nos miraron picaros, pero mi prima se adelantó a sus pensamientos diciendo que estaba agotada del paseo y que no pensaba hacer nada conmigo.
    
    Dormimos cada uno en una cama y a eso de la una de la madrugada, sus ronquidos me despertaron. Se había quedado destapada y la visión de su culo en pompa ...
    ... hizo que me excitara, y ya despierto, me puse a meneármela.
    
    Ella se giró, dormida, y se puso frente a mi. La visión en este caso de su entrepierna, con esas braguitas rosa, que tanto me gustaban, hizo que fuera hasta ella y me corriera en sus bragas.
    
    Cuando se despertara al día siguiente, se daría cuenta de que me había corrido en sus bragas. No creí que le importara.
    
    Me levanté pronto y ella se estaba duchando ya. Me metí en la ducha con ella, pero me rechazo.
    
    -¡Sal, cochino! Que no tengo ganas. Me duele el culo.
    
    -Tu quisiste hacerlo así.
    
    -Si y me gustó mucho, pero me duele. Anda, déjame, luego te duchas.
    
    Cuando salió me duché y me volví a pajear, esta vez pensando en su cara de viciosa mientras follábamos.
    
    Limpio y perfumado, bajé a desayunar. Se había sentado en el otro lado de la mesa, cuando antes siempre quería sentarse a mi lado. ¿Qué le pasaría?
    
    Después del desayuno, tuve mi respuesta. Ahora habían decidido dejar el juego de la ruleta y, aunque sabían de nuestro amor, querían seguir con nuestra relación incestuosa, por lo que mi madre y mi tía y no sé si mi prima también, querían volver a probarme.
    
    Mi padre y mi tío esperarían su turno y me preguntaron si estaba dispuesto a follármelas, después del desayuno.
    
    -Claro, les digo. Si a Esther no le importa compartirme ahora, claro.
    
    -Claro que no primito, cuando quieras.
    
    Así que vamos a la habitación y nos preparamos a ello.
    
    Las beso a las tres y nos desnudamos. Enseguida se excitan y ...
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