Cornudos esposos Andres y Claudia
Fecha: 20/08/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... ver lo que estaba pasando comenzó a gritar de placer y reír, diciéndome al oído, quedaremos preñados los dos, con sonrisa pícara. Alberto saco su verga de mi esposa, y pude ver como un reguero de esperma bajaba por su vagina en chorros agigantados blanquecinos y ni culo también chorreaba leche de Mike que todavía no sacaba su aparato de verga de mi agujero y sissy pussy. - Vuestro turno, chicos, indicó Antony, empezó a acabar en nuestras bocas, Claudia y yo nos peleábamos su leche con nuestras lenguas como dos putas desesperadas. Que semen tan divino y la tragamos todo, no quedó nada, Limpiamos su verga mientras el suspiraba de placer y generaba convulsiones en su cuerpo. Los chicos se abalanzaron sobre Claudia como rayos, Mientras uno la penetraba en su vagina todavía chorreante de semen, el negro se entretenía en amasarle los pechos a mi esposa, al tiempo que ponía su pene al alcance de la boca de Claudia para que se la chupara también a ellos. Y efectivamente así fue. En cuanto Mike con más energía empezó a embestir sobre mi mujer, sus grititos de placer comenzaron de nuevo, y enseguida comenzó a chupar del gigante pene Alberto que le ofrecían. Para ahorrar detalles de lo que pasó, sólo diré que el Alberto que la penetró en primer lugar culminó al igual que antes había hecho Mike en el interior de mi mujer otra vez y que a continuación el negro hizo lo propio. Agravado en este caso por el tamaño de su enorme pene, que en esta ocasión sí que arrancó gritos reales de ...
... dolor y placer de mi mujer. Aún así, y para ser honesto, tengo que decir que también mi mujer gozó con él, y a partir de los cinco minutos, los gritos ya no eran de dolor, sino de completo placer, acompasados con el rítmico embestir del gigante falo de ébano. Aquello culminó con la consiguiente eyaculación del negro, que al salirse de mi mujer hizo que un río de esperma saliera del interior de Claudia Al parecer, la corrida que había soltado era proporcional al descomunal tamaño de sus atributos. Ambos coitos terminaron de nuevo para resignación mía con sendos orgasmos de mi mujer. Al finalizar aquello, pensé por un momento que todo había terminado, pero nuevamente me forzaron a mi a comer la panocha de mi mujer, esta vez saboreando el esperma del negro que salía fácilmente de el interior de su panocha, la cual tragaba con placer mezclados con los jugos vaginales de mi Querida mujer. Los tres habían recibido una felación y habían fornicado con mi mujer y a mi como habían querido también me cogieron ese culo y me dieron verga y leche. Y para hacer más daño aún habían eyaculado en el interior de Los dos Claudia y Yo, Pero todavía quedaba una sorpresa de despedida. Y enseguida cogieron a mi mujer y se la llevaron hacia la cama. La pusieron a cuatro patas y mientras Antony y el otro la sujetaban, el negro se preparaba para encular a Claudia - Le vamos a ceder los honores a mi amigo el negrito, ya verás como cuando te haya abierto el ojete de aquí en adelante te van a entrar sin ...