1. Ellas ganan siempre


    Fecha: 22/08/2018, Categorías: Gays Autor: NewFdAges, Fuente: CuentoRelatos

    ... sencillo cierre que yo no podría abrir de ninguna forma... abrió la jaula y acerco su mano con el cierre de la cadena hasta mi cuello y un clic seco, y ella se levantó ahora una cadena estaba atada al collar en mi cuello y el otro extremo en su mano... "BUEN PERRO VAMOS A DAR UN PASEO" y halo de la cadena forzándome a salir de la jaula, pero como iba a movilizarme, estaba sobre mis fémures "sentado" y al halar de la cadena caí sobre mis muñecas, el dolor se hizo sentir pero seguramente usaron algún tipo de analgésico pues no era insoportable tampoco... entonces por la inercia del movimiento quede en cuatro patas, como si estuviera a gatas pero con las consabidas limitaciones... "TE VES LINDO PERRO" me dijo con ironía "AHORA CAMINA SI NO QUIERES QUE TE AGARREA A PATADAS AQUI MISMO"... cambio el tono a uno que llena de horror desde dentro...
    
    Sin opción alguna para mi comenzamos a enfilarnos hacia la puerta, la cadena tensa aumentaba la presión del collar en mi cuello, provocándome inconscientemente arcadas, cuando proferí una el toque eléctrico no se hizo esperar y perdí el equilibrio... cayendo al suelo, con la cabeza pegada al suelo, ella volteó hacia mí y como si fuera mi gran culpa se acercó nuevamente pero esta vez fue su pie el que acerco a mi cuello, está bien animal desactivare el collar pero si dices una palabra lo pondré al doble de potencia... y con la punta de su tacón presiono algún botón del diabólico aparato, con un sonido entendí que se desactivó pero ante ...
    ... semejante amenaza sabía que no debía abrir la boca por nada...
    
    Ahora levántate holgazán, e inmediatamente saco un látigo corto y lo exploto en mi espalda, mi reacción ante el nuevo castigo fue obedecer me incorporé lo más rápido que pude... y volvió a tensar la cadena de mi cuello obligándome a avanzar detrás de ella...
    
    Mi visual y condición en ese momento no podía ser más desoladora... sin manos, sin la mitad de mis piernas, encadenado como un perro, a merced de una despiadada mujer a quien conocía pues que más que depender de su cuerpo para ser alimentado desde cuando era un esclavo más, pero ella a pesar de esa "relación" seguiría tratándome como algo mucho menos que un ser vivo, mi postura a gatas me hacía quedar a la altura de sus rodillas mientras ella de pie caminaba con sus pies calzados en un par de zapatos de tacón yo tendría que moverme sobre los cascos que ya había mencionado antes, ahora sí que me sentía como un perro, es una desconcertante sensación porque no estaba atado, pero en tales condiciones mis extremidades eran nada más que "patas" como las de los perros, y el collar hacia mella en mi cuello por el rose del cuero y metales que lo componían aparte de la total antipatía con que ella tensaba la cadena para mantenerme cerca de ella y al ritmo de sus pasos, sus tacones tronaban en el suelo y su eco resonaba en mis oídos, para mi cada paso era un martirio, ella lo sabía y podía percibir su satisfacción al verme allí, mi intuición me sorprendió al escuchar ...
«12...456...9»