LA PATRONA EXIGENTE 5
Fecha: 20/08/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... que tener cuidado, nena! ¡Este guachito tiene litros de esperma! ¡Nos vamos, nena!» ¡Llegó la hora! «¡¿Ya?! ¡Tan poco! ¡Apenas un ratito, abu…! ¡Sólo un ratito!» «Mi amor…, abuelita te tiene que llevar a casa. Mañana seguimos…» «¡Pero apenas estuvimos diez minutos juntos!» «A mí también me pareció poquito…, pero es mejor que tus papás no se molesten porque llegás muy tarde…» «¡Pero si voy con abuelita! ¿Qué problema hay?» «Dejá que las cosas la organice abuelita. Vas a ver que la pasamos muy bien. Dejala a ella…» «¡Ay Dani! ¡Quisiera quedarme toda la vida con vos!» «Tranqui. ¡No te vistás!» «¿Cómo?» «Voy a buscar una bata. Si te ponés tu ropa sin bañarte, vas a tener olor a sexo… por todo el cuerpo. A mí me gusta…, pero a lo mejor a tu papá no tanto…» «¡Jajaja! ¡A mí me encanta sentir el olor de tu lechita!» «Vengo enseguida.» Yo sí me vestí. Mi olor a sexo no le importa nadie. «¡Eh bebé! ¡Qué olor a concha tenés! ¿Qué le hiciste?» «La chupé un poquito.» «¡Jajaja!» «Dame un salto de cama, para que no se vista hasta bañarse.» «Yo se lo llevo.» Paulina cruzó rápidamente. Entró a la pieza, cubrió a Ludmila y salieron, con la ropa de la nena en la mano. «Vayan a bañarse. Los dos. ¡Ahorren agua! ¡Jajaja!» Fuimos al baño. Nos metimos juntos en la bañera. Nos enjabonamos mutuamente, especialmente la conchita y el culo de la nena, por mi parte…, y mi pija y huevos, por la suya. De pronto vimos a “abuelita” en la puerta del baño, mirando. Hay una mampara de plexiglás, o algo así, que ...
... no es transparente, pero bastante traslúcida. Cuando Ludmi vio que la abuelita estaba en la puerta del baño mirando…, no tuvo dudas… «¿Y si le hacemos una demostración? ¡Jajaja!» Se rió bajito y me guiño un ojo. Le dije al oído… «Agarrate de las canillas.» La nena se tomó de las canillas. Levantó bien el culito, ofreciéndome la hermosa conchita para la enterrada. Como ella se había ocupado diligentemente de ponérmela bien dura…, llena de jabón…, entró sin problemas y con “estética” en su maravilloso agujerito. La tomé de las tetitas, en realidad de los pezones, y le empecé a dar: ¡adentro, afuera, adentro, afuera! De reojo mirábamos a “abuelita”. Ella sonreía, y la mano derecha se movía bajo su bombacha. Sin duda le estaba dando a los dedos, viendo como cogíamos su nietita y yo. «¡Papito! ¡Me viene! ¡ACABOOOO!!!!» La nena gritó a todo volumen, para que la abuelita no dudara un minuto de lo que estábamos haciendo. «¡Aaaahhh!» Fue grandioso, como siempre. Retiré la pija, y me preparé para lo que seguiría. Ludmi se dio vuelta rápidamente, se arrodilló delante de mí y se la metió en la boca, siempre mirando hacia abuelita. La mamada fue tan buena como siempre. Le sacudí como seis chorros de semen. Lo tragó todo. «¡Abuelita! ¡Es tan rico! ¡Jajaja!» “Abuelita” también había gozado con su paja. «Vamos chicos. Terminen con la diversión.» Nos enjuagamos y Ludmi salió de la bañera. Paulina se lavó en el bidet y luego secó prolijamente a Ludmi. «Le diremos a tus padres que me estuviste ...