1. Gotas de Placer


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Aún recuerdo como si de este mismo instante se tratara, el extraño sentir, cúmulo de sensaciones que sacudían mis entrañas cuando desde mi sillón de orejas miraba hacia la ventana de enfrente. Aquella niña, de rostro angelical, cabello largo del color del oro más puro; cowgirl in the sand. . .tronaba la guitarra de Young removiendo mis pasiones. Muchas fueron las veces que me sentí un viejo pervertido, un desgraciado. . .un hombre sin rumbo, eso era; un barco a la deriva.
    
    No se muy bien como llegué a ella. Tal vez fue el inmenso remolino de deseo, tal vez su primavera, sus ganas de ser mujer. De lo que estoy casi seguro es que no fue precisamente amor juvenil lo que la trajo a mi.
    
    Nuestras miradas se cruzaron por segundos. En aquel momento estuve a punto de saltar por la ventana, de hecho lo hice. Cuando desapareció tras las cortinas beiges de su habitación. Cerré los ojos y me sometí a una sesión de placentero sueño. A partir de ahí, pasé horas y horas sentado en aquel sillón, esperando ansioso el momento. Ella sabía que yo la observaba, que mi mirada alcanzaba más allá de sus cortinas, más allá de su cuerpo. . .rozando su alma.
    
    Era un martes por la tarde. Ella tendría unos catorce años, salía del instituto a las dos y media y pasaba las tardes encerrada en su cuarto, haciendo sabe Dios qué. Digo ella, sin nombre, sin identidad. . .para mi era sólo ELLA. Nunca supe su nombre, nunca lo pregunté, ella. . .ella. . .la niña, la mujer. . .la persona de mis ...
    ... sueños.
    
    Retiró las cortinas, nos miramos como cada día, en silencio, con la voz de los ojos. Esbozó una sonrisa, sus mejillas se sonrojaron, mi cuerpo entero se sonrojó. Qué curioso, yo, un hombre casi de vuelta de todo enrojecido como un adolescente. Y es que el amor le devuelve a uno la juventud, la vida entera. Cada día preguntaba para mis adentros. . . ¿ acaso hay en esta vida algo mejor que enamorarse ?
    
    Diez minutos después un toque en mi puerta, tímido, indeciso. Me levanté silencioso, como siempre. Todo lo hacía en silencio. Cuando abrí la puerta hubo un momento de confusión entre sueño y realidad. ¿Era ella, o mi mente pervertida me jugaba una mala pasada?
    
    Pasó sin decir nada, impregnando con su olor de juventud mi casa entera. Olía a. . . sólo una palabra definía su olor, un olor irrepetible, TODO. Ella lo era todo, una flor, un ángel, un pequeño diablo que había trastocado una vida vacía.
    
    Se quedó frente a mi, sin mediar palabra. Como cada día, tan sólo la distancia entre los dos cambiaba esta vez. Casi podía tocarla, elevar un brazo hubiera sido suficiente, pero no lo hice, quizás por respeto, quizás por miedo. . . el caso es que lo hizo ella. Se acercó a mi hasta rozar cada milímetro de mi cuerpo. Su frente tocando mi barbilla, llevaba un vestido de color lila, medias negras y unos zapatos negros.
    
    Unió sus manos a las mías, se pegó más a mi cuerpo y yo besé su frente, la besé con tanta pasión, que posiblemente pudo confundirse con furia, con ferocidad. Me ...
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