1. Mi primera experiencia - Parte 4


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Gays Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos

    Luego de la contienda que había tenido con el Vikingo, mi mente se hacía mil preguntas sin respuestas. Estaba allí inmóvil, confundida junto a esos dos extraños sin siquiera escuchar la música que estremecía todos los rincones haciendo con sus graves vibrar mi cuerpo que estaba como desenganchado de mi mente. En mis pensamientos confusos flotaba por momentos la idea del arrepentimiento por lo que acababa de vivir. Cerré los ojos para ordenar mis ideas. Todo me parecía un sueño, quería despertar, despabilarme, quería estar bailando con mi esposo, sabiendo que todo había sido una pesadilla. Pero al abrir de nuevo los ojos volví a encontrarme con la realidad. Me toqué las piernas cerca de mi sexo y palpé el aún tibio y espeso líquido que llenaba mi vagina, que aún latía.
    
    Traté de comprender lo incomprensible, traté de saber que fue lo que me había empujado a hacer semejante locura. La realidad era esa y no podía evadirla, no podía negar que me había sentido demasiado bien y que tanto yo como mi marido habíamos disfrutado profundamente esta maravillosa experiencia. Quizás lo más difícil iba a ser encontrarnos frente a frente y aceptarnos lo vivido.
    
    Volví a mirar al moreno en sus ojos claros sin ocultar la atracción que me producía mientras sentí que dos gotas de lágrimas recorrían mis mejillas a la vez que dos gruesos hilos de semen se descolgaban tibios por mis piernas. A pesar de todos los pensamientos que velozmente se sucedían en mi mente turbada, en mi cuerpo ...
    ... resplandecía el cálido hechizo que producen las cosas prohibidas. La presencia de ese atractivo negro tan cerca de mí realmente me despertaba cierta lujuria. La verdad es que siempre he sentido una cierta atracción por los negros en películas yankies, ya que me transmiten una imagen de potencia sexual. Y realmente este moreno con el armamento que calzaba le hacía honor a su raza.
    
    Mi esposo no daba muestras de querer abandonar la compañía de esas dos atorrantas que lo mantenían totalmente controlado. Esto activó en mi una especie de sentimiento de venganza más que el deseo de recuperarlo. Entonces me dejé llevar por la lujuria que dominaba mis impulsos sensoriales y me paré frente al moreno, sin disimular la tentación que me producía. Así enfrentados, dejé caer lentamente mi mirada con ansiedad fijándola en su abultado sexo cubierto por el faldón, imaginando ese fantástico miembro erecto. Comencé casi inconscientemente a acariciarme los pechos, las caderas y el pubis ante su mirada, sintiendo arder mi piel bajo la suavidad de la seda transparente de mi vestido. Estaba tan caliente que en mi rostro se reflejaba el deseo incontenible de volver a admirar esa impresionante pija parada. Lo miré nuevamente en sus ojos y el moreno bajó su mirada hacia su propio sexo, como ofreciéndome ese abundante fruto carnal. Girando la cabeza busqué nuevamente a mi esposo y lo vi gozando tendido en el sillón con sus dos chicas.
    
    El Vikingo se había quedado allí cerca de mí con una copa de champagne, ...
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