Mi dulce fierecilla - Relatos Eróticos

Mi dulce fierecilla

Estoy al lado tuyo exhausto por esta entrega diferente a las demás que hemos tenido, en esta ocasión la intensidad que producimos al cumplir un deseo tuyo de explorar nuestra pasión con formas diferentes de hablar, de sentir, de desear, ha hecho que mi cuerpo este rendido por esa fogosidad tuya, por algo extraordinario que gracias a ti ha producido un sentimiento de satisfacción total y plena a tu lado.Han sido muchas las entregas donde algo más que nuestros cuerpos hablan, nuestras almas se comunica en cada beso apasionado, en cada caricia llena de ilusión, en cada respiro, en cada suspiro, en cada aliento que lleva el mensaje de haber depositado todas nuestras emociones en una fusión cuerpos ardorosos como fogata que ilumina la noche de rojo, el color de la pasión.Esta vez me pediste que dejara el lenguaje romántico y tierno, para dejar que la libertad del lenguaje liberal y soez pudiera ser partícipe de esta sinfonía compuestas por nuestras pieles, querías sentirte diferente, ser una Dama de la Calle, una fierecilla que desea ser dominada por esa persona que sabe encontrar en ella esa fuerza pasional e instintiva que llevas dentro de tu ser, querías no ser tu misma sino otra persona, llena de ese fuego, de esa cachondes, de esa fogosidad casi insaciable que tiene tu exquisito cuerpo que tantas veces he disfrutado para sentir el placer hecho mujer en ti.Y fue así como inicio esta odisea celestial cuando me pedias que me recargara en el sofá mientras mis ojos veían como te ...

... acercabas lentamente hacia a mí, gateando con una sonrisa picara, coqueta, mordías tus labios y decías que en ese momento eras una “gatita sensual”, “una zorra ardiente”, una “Mujer golosa”, querías sentir ese lenguaje en tu cuerpo, querías que mis labios pronunciaran esas palabras para aumentar el deseo de poseernos, sin que hubiera barreras entre nosotros, era el momento de derribar esos bloques de marginación sensual, pasional y sexual.Llegabas a mi entrepierna y tomabas ese pedazo de bronce ardiente que tus haladas manos dominaban a placer, es fascinante ver como la humedad de tus labios hielan el fuego de una virilidad volcánica, querías probar mi verga, mi pene, mi pito, querías recorrerlo con tus labios de arriba abajo como si fuera un exquisito trozo de carne que te deleita cada vez que lo pruebas, es maravilloso ver como lo devoras con tus labios, ver cómo me miras a los ojos cuando lo haces sentir la fuerza que tus ojos tienen, diciendo que soy solo un esclavo de tus labios, tu lengua, de esa forma tan placentera de sentirte parte de mi, querías que mis manos tomaran tu nuca, para que mi verga, mi pito se adentrara en el fondo de tu garganta, querías sentir cada pulgada de mi hombría, probarla con esa lengua juguetona para saborearla completamente, me decías que te la metiera hasta adentro, que te llegara hasta el fondo, yo solo cumplía con tus peticiones que me enloquecían y me hacían vibrar, toda mi virilidad, fue parte de tu sentir especial, lamias, mis bolas, mis ...