Uno a la mañana. otro a la noche - Relatos Eróticos

Uno a la mañana. otro a la noche

... leche y se salió, diciéndome que esto era solamente un aperitivo y que la noche recién empezaba.Nos fuimos del lugar y paramos en un hotel de la Panamericana, donde eligió una habitación bastante oscura y repleta de espejos. Apenas entramos me tiró boca abajo en la cama y dijo que iba a romperme el culo como la primera vez. Le pedí que me cogiera por la concha, porque la cola todavía la tenía desgarrada y me ardía, pero no me hizo caso.Me dijo que mi culo le pertenecía y me lo iba a romper cuando a él se le antojara. Agregó que yo debía obedecerle o la pasaría mal…Me empujó hacia abajo, sujetándome del pelo, me levanto el vestido y de pronto sentí que entraba con toda violencia en mi cola. Grité como una loca porque me dolió muchísimo, sentía que su pija enorme me quemaba por dentro. Estuvo cogiéndome así con brutalidad por un buen rato, sin importarle mis gritos de dolor y mis súplicas para que se detuviera.Su descarga de leche fue una bendición, ya que me lubricó el ano, me hizo relajar un poco, pero además me provoco un orgasmo increíble, nunca lo había experimentado tan intenso mientras me hacían la cola.Después descansó un rato y apenas se recuperó me hizo montar sobre su pija y cabalgarlo hasta hacerlo acabar otra vez. Cuando llegamos a la puerta de casa me hizo chupársela por última vez hasta acabar en mi boca, dijo que cumplía con lo que te había prometido, te devolvía a tu mujercita rebosando semen.Luego de contarme todo se quedó desmayada en mis brazos, bien relajada y llena de leche, realmente como me había prometido ese hijo de puta. Le acaricié el cuerpo, recorrí sus hermosas piernas, la humedad de su concha, sentí la dilatación anal que todavía tenía y besé sus hermosas tetas llenas de magullones, mientras seguía pensando que todo esto se estaba convirtiendo en un desmadre fuera de todo control.