1. En los jardines de la universidad


    Fecha: 27/08/2018, Categorías: Masturbación Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos

    Estaba locamente enamorado de ella desde el día en que la vi. Cabello rubio, exquisitos ojos verdes, cara de inocencia, cuerpo hermoso con unos deliciosos senos de mediano tamaño en forma de chupón y piernas blancas y fuertes, linda hasta la locura y simpática como nadie. Un bombón con quien cualquiera soñaría, hombre o mujer.
    
    Estábamos acostados en los jardines de la facultad, Rosa, ella y yo, mas haciéndome el dormido feliz de tener el cuerpo de ella a centímetros de mí, intentando olerla, verla de reojo, sentir su santo coño a distancia inalcanzable de mí.
    
    Como dije, me hacia el dormido. De repente puse atención en la plática que ambas sostenían. Rosa le estaba diciendo a ella que fuera a un lugar, que era interesante, lo único malo es que tienes que decir a que edad perdiste la virginidad y con cuantos te has acostado, le dijo Rosa.
    
    En ese momento sentí clavárseme una espina en mi estómago y mi verga dio un respingo que llevo mi pene de dormido a demente en una fracción de segundo. Y a qué edad la perdiste? Le preguntó Rosa, no recuerdo, contestó mi enamorada. La respuesta me clavó una estaca, si bien nunca pensé que fuera virgen, su personalidad fiestera y sus pláticas de noches de baile y tequila nulificaban esa opción, su cara de inocencia, su ternura y dulzura de amiga siempre me hicieron pensar que tendría una vida sexual limitada, pero aquel día, mientras fingía dormir a su lado, pude escuchar esta platica de mejores amigas que abrieron ante mí el ...
    ... conocimiento de la vida sexual de mi enamorada. Con cuantos has estado?, le preguntó Rosa. No sé, varios. Pero cuántos, insistió Rosa. No sé, unos 20, algo así, contestó ella. Su respuesta me causó entre una cachonderia sobrehumana donde de solo imaginar que a su edad ya había sido manjar de 20, a una tristeza y sorpresa enormes de saber que el delicioso cuerpecito de la muchacha que tenía al lado de mi era un cuerpo aventurero que no desperdiciaba ninguna oportunidad de goce sexual. No inventes, le dijo Rosa, tantos? Son un buen. Vuelto a sorprender de saber que mi tierna y dulce enamorada sobrepasaba con creces la alocada reputación de puta que Rosa tenía en la facultad. Y con quienes, le preguntó Rosa. Y juntas empezaron a repasar mentalmente la extensa cartera sexual de mi enamorada, desde novios y amigos escolares hasta desconocidos que encontraba por allí en fiestas o reuniones de amigos. También te cogiste a Bernardo? Le preguntó Rosa. Pero a qué hora si estábamos todos juntos oyendo cuando ensayaban. No te acuerdas cuando lo acompañe por las cervezas? Allí, en la bodega se la sacó y se la empezó a jalar delante de mí y no me pude detener. Risas de Rosa. No mames, qué cabrona. Y qué tal? Pues bien, rico, contestó mi amada.
    
    Minutos después llegó otra amiga a saludar y Rosa y mi amada cambiaron de plática. Yo me hice el que iba despertando y sólo atine a decir adiós y encaminarme a paso rápido por entre los jardines de la fac. Absorto por la revelación de esa desconocida y ...
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