1. La lechería Cap. 6


    Fecha: 27/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    Una vez ya de regreso el Ama en su mansión, después de haber prácticamente esclavizado a Violeta, se dirigió con las nuevas domésticas para dejarles bien claro cuáles serían sus horarios y obligaciones diarias. Las esclavas instintivamente al ver llegar a su majestuosa e imponente dueña se arrodillaron enseguida pegando la cabeza al piso y en silencio, esperando órdenes.
    
    El Ama con esa voz de mando que la caracteriza les dijo a sus nuevas adquisiciones “pongan atención, ya que no acostumbro repetir las cosas más de una vez”, les aclaró que las cosas ahí solo se hacen a su modo, que orden dada es una orden cumplida enseguida y que su horario empieza a las 6:30 am cumpliendo un horario laboral de 15 a 18 horas, todo dependiendo si hubiera algún evento ocasionalmente. En cuanto a las tareas diarias empezaban preparándole el desayuno y llevárselo a la cama junto con el periódico y adornado finamente con una rosa roja del día. Al despertarla deberían besar y chupar delicadamente los pies de su Ama, ya que el lamer su vagina era un privilegio del cual aún no ganaban el derecho. Las perritas solo se les tenía permitido responder con simple “si señora o si Ama”.
    
    A continuación el Ama que sus labores serán cumplir con todas tareas domésticas sin faltar una sola a cumplir, y que sin importar el horario de 15 horas, no irían a dormir mientras no terminaran. En cuanto a donde dormirían se les asignaría un collar que les identificará como sus propiedades y una jaula que marcaría su ...
    ... territorio donde ellas podrían estar solo por las noches y que se cierra en automático a las 10 pm y se abre de igual forma a las 6 am, para que se alisten y puedan empezar sus labores a la hora marcada. Las perras se retiraron a descansar por ese día agradeciéndole a su nueva Ama por ese momento de descanso.
    
    Al día siguiente ya las perras aun enjauladas estaban solo esperando que dieran las 6 am para que la jaula abriera y pudieran empezar sus labores, una de ellas se dirigió a la cocina, mientras que las demás una iba por la rosa roja y la otra por el diario, de esa manera no retrasarían el horario marcado; una vez ya todo listo, se enfilaron hacía el dormitorio de su majestad para poner la mesita de servicio para poder besarle y chuparle los pies para despertarle, una vez despierta su dueña le pusieron delicadamente su desayuno para que lo degustara mientras leía su diario, una de sus esclavas por iniciativa de tener feliz a su Ama, se dedicó a abanicarla mientras degustaba sus alimentos, tal parecía toda una esclava profesional.
    
    Mientras el Ama desayunaba y la esclava le abanicaba delicadamente las demás se retiraron para cumplir con sus deberes y así evitar regaños o peor aún, ser ganadoras de recibir caricias de su amigo el látigo, situación que no deseaban propiciar. Al terminar su desayuno, el Ama ordeno a su perra que se fuera a cumplir sus tareas y que le enviara a sus otras compañeras; la perra acató la orden enseguida y a los 2 minutos estaban sus compañeras ...
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