Big guante
Fecha: 30/08/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos
... Yo los prefiero naturales, pero en ese momento me dio igual que fueran operados hasta reventar y que llevaran cuatro tallas menos de sujetador… o lo que fuera que les cubría. Bajé la goma de la cintura de mis pantaloncitos de fondo. Ahora ya no los usaba para correr, sino para andar por casa. Mi pene estaba reclamando más espacio y lo rescaté de su prisión lateral. Entre el meneo pectoral y la calva brillante del afortunado protagonista de las atenciones femeninas, me fui entonando y agarrando con más presión mi verga ya enhiesta, atenta como siempre a cualquier estímulo cercano.
Mientras las olas de una playa paradisíaca lamían las torneadas piernas de dos bellezas tropicales de piel canela, mi mente iba desconectando todas las señales de contención y cordura. Se mojaban mutuamente en una forzada interpretación de juego infantil, y luego escapaban por la orilla. Se caían, se rebozaban en la arena… Ohhhh, eso sí me gustaba. Mucho. Me regodeé en la situación y me integré en la escena, lubricándose todo mi pene de forma natural. Con un bañador marcapaquete multicolor bien ajustado, y correteando como un cachorro por una playa incólume, persiguiendo aquellos glúteos prominentes y perfectamente enmarcados un tanga. Recité una breve oda de alabanza al diseñador de aquella prenda mágica mientras empecé a sentir esa tensión urgente y ansiosa en mi entrepierna. Solté un poco la presión y la observé. Mi mano multicolor había hecho aquello en apenas unos minutos. O el vídeo. No sé. ...
... Mi gloriosa erección bien merecía ser atendida. Y no iba a detenerme ahora por quitar el guante… Big Guante! Como un estallido neuronal, las iniciales del sobre acudieron a mi cabeza, uniendo lo que ante mí veía. Tras un breve instante de sorpresa por la asociación, procuré no perder aquel adorable momento de deseo y retomé el video musical.
Aunque el anterior había terminado, el nuevo tampoco tenía desperdicio, y me entregué a él con la fruición de un estudiante que huye de su tarea con cualquier excusa mínimamente válida. Y esta lo era, por supuesto. La cantante chapoteaba en un líquido oscuro, agitando el pelo empapado y moviendo sensualmente el cuerpo. Me acaricié el pecho fantaseando sobre sus brazos rodeándome, sus labios rodando por mi costado, esa ondulación de lumbares imposible y ultraerótica. Uf! No cabía más sangre en mi pene, iba a reventar. Al tensar la piel hacia arriba, los huevos le acompañaban y hacían un pequeño rebote en el sofá al bajar con rapidez. Alargué el gozo de tocarme y notarme excitado cuanto pude, pues llevaba mucho tiempo instalado en la decepción y el estrés por el tema del trabajo. La chica repetía una frase con insistencia, que bien podía haber sido la receta del pan de molde, pero a mí me trasladaba con su sonoridad a lugares oscuros de su interior. Golpeteé mi verga contra mi abdomen tenso, lo cual aumentó mi sensibilidad. Sin prisa y sin pausa. El líquido acabó siendo fango de tanto chapoteo, y mientras ella se revolcaba con deleite en ...