1. Ella


    Fecha: 30/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    El timbre abrumador de la alarma de mi teléfono, gritaba insolente a que me levantara. La rutina del día empezaba otra vez como tantas veces, en esa soledad que solo se consolaba con el recuerdo del amor lejano en la distancia, pero tan cercano, como la piel, como la sangre y las entrañas. Otro día, otro momento para reanudar los momentos, que quedaron en suspenso la noche anterior. Pensando en lo que debía hacer y lo que faltaba en el trabajo. Que los insumos, los empleados de la finca, el ganado, la siembra, el agua y tantas otras cosas, que aunque muchas, no me abstraían de contar el tiempo, las semanas, los días, las horas y las noches, que aún quedaban para que la soledad muriera. Creo que el amor por una mujer, es algo de lo más bello que un hombre puede disfrutar. Porque se disfruta del trabajo, los logros, los amigos, los momentos contados en los que la vida nos sonríe, pero no hay nada comparado, al dormir acompañado por nuestra mujer desnuda a nuestro lado. Su piel, su calor, su aroma, el sabor de su espalda, la luz de su mirada, sus gestos al hacer el amor y las fantasías que en nuestras mentes se gestan, al verlas gemir de placer antes del orgasmo. Penetrar en su cuerpo abierto, tan profundo y oírla gemir con cada embestida. Verla suspirar a medida que se penetra en ella, sentirla necesitada de nuestro cuerpo entrando en el suyo y la explosión de placer que desprende al terminar en un orgasmo, que no solo la satisface a ella, sino a uno en la mente, mucho mas ...
    ... potente, que en el cuerpo. Pero esos eran solo pensamientos y recuerdo, de otras noches, en las que amanecía abrazado a ella, como las raíces de un árbol abrazan en la selva, tesoros enterrados. Solo recuerdos, que me hacían desear que el tiempo, volara como vuela un águila, y pasara a mi lado tan veloz, que sin sentirlo pudiera otra vez, abrazar su desnudo cuerpo. Para mientras, no me quedaba otra que seguir trabajando y esperando ese momento. Los días pasan, aunque pasan lento, los días terminan, aunque se sientan eternos. Mi mente urde fantasías imposibles de aventuras prohibidas, en las que ella y solo ella, es la protagonista. Aventuras en las que su mente no es su mente y sus ideas no son sus ideas, en las que piensa y siente, como yo espero que lo haga. Ropas escazas y reveladoras, faldas cortas y tacones altos, los mismos gestos, los mismos suspiros, el mismo cuerpo desnudo, necesitando ser penetrado, pero yo solo un espectador, disfrutando verla y disfrutando ese orgasmo, más en mi mente que en mi cuerpo. Ella con el cuerpo abierto y otro disfrutando su humedal, ella pidiendo más, mas adentro, más profundo. Ella viendo, ella suspirando, con su cuerpo abierto y por otro cuerpo penetrado. Pero ella está lejos, ella no esta cerca ni de mi cuerpo, ni de mis fantasías, ella aunque esté a mi lado, no puede estar en ese mundo, ni quiere estar allí, ni para intentar, o probar o por lo menos para imaginar una fantasía inexistente, ese otro cuerpo que no existe, esa aventura que ...
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