Tarjetas Black 4
Fecha: 01/09/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... que llevaba unos años corriendo a pie de forma habitual, le gustaba cuidarse. Por suerte para Eva, resultaba atractiva para los hombres, porque realmente Eva no sabía estar sola, siempre tenía pareja y cuando no la tenía era bien porque estaba con alguien casado o bien porque estaba liada con dos hombres a la vez. Pero como mujer rubia e inteligente que era sabía que no debía mezclar el placer con el trabajo, así que según sabía Yeimy, Eva solo se había liado con un compañero casado y que a buen seguro mantendría la boca cerrada.
Al día siguiente, Yeimy se encontraba hipernerviosa y en cuanto desayunó tuvo que comprobar que todo estaba preparado para quedarse tranquila, la comida, la música, la vajilla, etc. De todas formas Roberto no se hizo esperar, llegando poco después de las 10 h. sorprendentemente vestido de manera informal con unos vaqueros y una camiseta, que a Yeimy le pareció le quedaban de muerte. Tras enseñarle su casa, el jardín y la piscina Roberto les pidió amablemente darse una ducha. Al parecer le gustaba el ciclismo pero dado lo complicado de llevar consigo una bici o de circular por carreteras desconocidas optaba por hacer spinning en el gimnasio del hotel tal y como había hecho aquella mañana, sin tiempo para ducharse. Había tenido que dejar la maleta preparada la noche de antes para desocupar la habitación para el check-out antes de las 10h. Eso les dijo, pero Yeimy descubrió la verdad 5 minutos después.
Yeimy buscó en el vestidor una toalla sin ...
... estrenar y fue al baño a dársela al delegado. Tocó entonces a la puerta y cuando este la abrió no pudo evitar echar un vistazo a aquella cosa que su dueño tan bien sabía utilizar. Le colgaba apenas turgente. Nada hacía sospechar en aquel pene flácido la poderosa arma de invasión y dominación que podía llegar a ser. Yeimy le tendió con desconfianza la toalla, por un instante pensó que su futuro jefe podría hacerla entrar en el baño y una vez dentro obligarla a hacer lo que él quisiera. Pero se limitó a coger la toalla aprovechando, eso sí, para dejar caer algo en la mano de su anfitriona y mirándola fijamente a los ojos le dijo escuetamente:
―Dáselo a tu marido… sin que se entere.
Se trataba de un comprimido de Valium de 10 mg. Yeimy se quedó perpleja, pero Roberto cerró de inmediato la puerta sin darle tiempo para apelar nada. La colombiana se guardo el comprimido con la sensación de haberse escapado por los pelos. Una vez abajo pensó con malicia que debería haber aprovechado la ocasión para dejarlo seco con una buena mamada, al menos así se habría quedado tranquila.
Juntos Fede, Róber y Yeimy se sentaron en la terraza a charlar un rato y tomar una cerveza. Discutían sobre la actualidad internacional, tan convulsa en aquellos días cuando sonó el timbre. “Por fin, Eva” pensó Yeimy con alivio. Podrían empezar a comer.
Yeimy no pudo evitar una sonrisa ante el gesto de extrañeza de Roberto, a quien nadie le había advertido de que iría más gente. Tras las presentaciones ...