1. Venganza de mujer


    Fecha: 01/09/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... inventar una excusa. A las dos horas se me prendió la bombilla y marqué el número de la madre, convencido que estaba en casa de mi suegra. Ni noticia y le tuve que decir que no se preocupara, que había salido de compras y nos desencontramos, y qué se yo cuántas boludeces por el estilo. A las tres horas sonó el teléfono y corrí. Tenía que ser ella, dónde estás, pregunté apenas levanté el tubo. No, Tito, soy yo, todavía no llegó ? No suegra, todavía no llegó, le contesté y tuve que poner más excusas para que no se preocupara porque ella ya quería venir para casa e ir a la policía si era necesario, porque con las cosas que pasan hoy en día y todo eso. Logré convencerla que no era necesario y corté la comunicación justo en el momento que escuché la llave en el cerrojo.
    
    - Hola, volviste, le dije tratando de mostrarme tranquilo.
    
    - Si, no me ves ?, retrucó sin vacilar.
    
    - Donde fuistes ?
    
    - Ya te dije lo que iba a hacer así que ahora no me molestes, ¿ sí ?. Estoy cansada y me quiero ir a dormir, contestó, yendo hacia la cocina.
    
    - ¿ Cómo te fué ?, le repregunté con tono marcadamente sarcástico.
    
    - Bien, muy pero muy bien !!, me recontestó con tono sobrador.
    
    - ¿ Y qué hicistes para que te fuera tan bien ? inquirí insistiendo en el tono sarcástico.
    
    - ¿ Querés saber lo que hice ? recontestó dando la vuelta y sosteniendo mi mirada. Sin darme tiempo a decir nada siguió:
    
    - Mejor, en vez de contártelo, sentate y te muestro, querés ?.
    
    - Dale, sentate, insistió ...
    ... mi mujercita al ver que yo no me movía. Lo hice. Se acercó a dos pasos frente a mí y se levantó la pollera. No tenía ropa íntima.
    
    - Veo que te sacaste las bragas antes de entrar, le dije.
    
    - No querido, las bragas y el resto me la sacaron hace largo rato, apenas salí de acá, no ves que estoy mojada ? desafió.
    
    Era cierto, ví pequeñas perlas semitransparentes en la mata de pelambre.
    
    Y entreabriendo un poco las piernas continuó con el desafío:
    
    - Tocá, vas a ver y vas a sentir.
    
    Yo estiré el brazo y con el canto de la mano le recorrí la concha.
    
    - Veo que te diste una ducha en el bidet, seguro que en la casa de alguna de tus amigas, comenté, con dudas.
    
    - No papito, olé, olete la mano, vas a ver que rico perfume.
    
    Me pareció que era olor a concha nomás y así se lo dije.
    
    - Pero..., que poco olfato tenés, maridito mío - en tono canchero y sobrador - no reconocés el olor a macho.
    
    Volví a oler el canto de la mano y como no me convenció la volví a tocar, esta vez metiendo y recogiendo el flujo con mis dedos.
    
    - Así, muñequito, ahora probá, olé.
    
    Negándome a creerlo todavía supe que era cierto, era olor a macho, a leche, a esperma !!.
    
    Y te voy a dar otra noticia, querido mío, dijo, aprovechándose de mi estupor y - mientras hablaba, dió media vuelta y se agachó poniendo sus hermosas ancas a escasos veinte centímetros de mi cara; al mismo tiempo, sosteniéndose la pollera con sus brazos para matenerla arrollada en la cintura, se tomó los glúteos con las ...