Mi nuevo macho
Fecha: 03/09/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues
... misma, al rato su madre le avisa que sale, entonces me dice “al fin, nos quedamos solos”, se levanta y se monta sobre mí, comienza a morderme la oreja, sus manos recorren mis piernas primero y luego mi culito, lo levanto un poco para hacer más fácil su labor y poder sentir su miembro en mí, Humberto me excitaba y mi calentura contenida por meses también se notaba, me da vuelta, me besa, introduce su lengua en mi boca, la siento suave, rica, estoy que exploto, pero trato de controlarme, quiero disfrutarlo y no echar a perder esta oportunidad que no busqué, además sus besos son deliciosos, “me gustas mucho, eres una nenita muy rica”, solamente atiné a responderle “te deseo”, lo halaba hacia mí, quería seguir sintiendo sus labios sobre los míos, con la misma agilidad que se montó sobre mí, se lanza hacia atrás, lo miro, está muy rico, su pantalón denunciaba que el pene estaba en su tamaño máximo, sin levantarme, me volteo hacia él, beso su paquete por sobre su ropa, lo siento durísimo, ahora él se acomoda para facilitar mi labor, bajo sus prendas, dejando al descubierto un bellísimo pene, no muy largo, quizás unos 20 centímetros, grueso, sus testículos se encontraban depilados, lo que me excitó mucho más, me lance sobre ellos, literalmente, paso la lengua con desesperación sobre ellos, trataba de meter cada una de sus bolas en mi boca, lo hacía suavemente, quería que lo gozara, yo lo estaba gozando desde que los toqué, luego besé la cabeza de ese palo grueso, era exquisito, un ...
... caramelo, pasé la lengua por el tronco hasta llegar a sus testículos, lo introduje poco a poco, babeaba sobre ese trozo de carne, comencé a masturbarlo con mis labios apretados, me quedaba quieto, lo lengüeteaba, volvía a metérmelo en la boca, movía mi cabeza con cierta habilidad, no era el primer pico en mi boca, mi amigo me tomaba del pelo, intentaba introducir su carne lo más posible, me coloca boca abajo, baja mi pantalón, besa mis nalgas, ensaliva mi hoyito, se monta y lo mete, lo hace suavemente, los meses sin usar el ano me pasan la cuenta, me duele, lo tiene muy duro, tiene un pene rico, trato de relajarme, pero el dolor me va ganando, “¿te duele?”, “tú mételo no más”, he tratado de no quejarme, pero luego lanzo un pequeño grito, “! Ay ¡”, siento como mi ano es obligado a cobijar un pico al que deseo mucho, me trago mis lágrimas, sé que lo disfrutaré, Humberto comienza a moverse suavemente, sus brazos están apoyados a los costados de mi cabeza, él arquea la espalda, su pene entra todo o eso creo, a esas alturas no lo sé, solo quiero que se mueva, logro sentir su cabeza llegando al tope de mi chico, se mueve sabroso, a ratos suave, a ratos brusco, luego de unos minutos mi ano ya reacciona positivamente, goza, gozo, se ha dilatado y ese extraño ya no lo es, lo saca una y otra vez, luego vuelve a meterlo con fuerza, mi culo resiste sus embestidas, yo le pido más, sale de mi interior, nos besamos apasionadamente, me pide que lo siga, entramos en el baño, me apoya sobre el ...