1. Cogiendo con mis dos hijos (Parte 1)


    Fecha: 29/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Dobleonada, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Laura, soy una mujer caliente de 35 años, tengo dos hijos, Arturo y Alberto de 18 y 20 años respectivamente, cada uno de padre diferente. A Alberto el mayor lo tuve a los 15 años, es un chico alto, bastante blanco, algo rellenito, pero muy guapo e inteligente, Arturo es un atleta nato, alto moreno y fornido pero bastante tímido.
    
    Como ya dije tengo 35 años y tengo un buen cuerpo, senos medianos y firmes y un gran culo paradito y muy caliente.
    
    Recientemente me he dado cuenta de que cuando paseo por la casa con ropa corta o un camisón mis muchachos no dejan de verme, les veo las poyas endurecerse, sé que no debería incitarlos, pero no puedo evitarlo, me excita saber que dos hombres jóvenes me encuentran atractiva. Podrían tener cualquier jovencita, pero no dejan de verle el culo a su madre. Aquel día estaba muy caliente mi hijo menor había salido y el mayor estaba haciendo alguna tarea en el comedor me puse unas bragas de encaje y un camisa larga nada más, me puse a lavar los trastes dándole la espalda, podía sentir su mirada y eso me excitaba cada vez más, nunca habría llegado tan lejos de no ser por un largo periodos sin sexo, volteé a verlo y pude ver el deseo en sus ojos, vi el bulto bajo su pantalón y moje mis bragas. Me le acerqué y le hablé al oído, iba por todo o nafa.
    
    —cariño si sigues así te va a explotar la poya.
    
    Y me regresé a seguir lavando trastes, conté exacto 5 segundos cuando lo sentí cercarse y darme un gran arrimón, sentí su poya dura ...
    ... empujando mi trasero, me habló al oído.
    
    —mama, me pones muy caliente y si no me ayudas definitivamente me va a explotar la poya por culpa de este culo hermoso y caliente.
    
    No podía dejar que mi primogénito sufriera de esa forma así que me di la vuelta, me puse en cuclillas y le saque la poya del pantalón, era blanca rosada, no muy larga, pero si ancha, deliciosa, dura como piedra, la vi y volteé a ver a mi hijo, todo un hombre ya, le di un lambetazo desde la base hasta la punta, volví a verlo, parecía que su mayor fantasía se estaba cumpliendo.
    
    Me la metí por completo en la boca y comencé un mete y saca, lamiendo por completo ese pedazo de carne caliente.
    
    —mmm, ahh, mama! Oh Dios no sabes cuántas veces me la jale imaginando este momento. —Me dijo.
    
    Esto me excitaba aún más, me tomó por el pelo y empezó a follarme la boca, me la metía hasta el fondo la sentía en la garganta cuando empezó a temblar, supe que estaba por terminar y en ese momento sentí toda su leche en mi garganta, la trague por completo y comencé a limpiarlo todo.
    
    Estaba por decirle alguna frase caliente cuando se escuchó la puerta, mi hijo menor llegaba a casa, se subió el pantalón y me dijo al oído:
    
    —seguiremos luego mami.
    
    Salió de la cocina y saludo a su hermano. Seguí lavando los trastes pensando en cuanto deseaba continuar con ese "encuentro", sentía de nuevo como me veían el trasero, volteé y vi a mi hijo menor que trató de disimular en cuanto me vio.
    
    —parece que mi hermanito tampoco ...
«12»