Cogiendo con mis dos hijos (Parte 1)
Fecha: 29/07/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Dobleonada, Fuente: CuentoRelatos
... puede dejar de verte el culo, sé que también se la jala pensando en ti, lástima por él porque ese culo va a ser mío. —Me dijo Alberto.
—cariño, debes ser compartido con tu hermano. —Le conteste en tono pícaro.
Lo vi que llamo a Arturo a su habitación y luego de un muy buen rato Arturo volvió a sentarse en la mesa haciéndose el loco, no dejaba de verme y yo no podía dejar de volteé a verle el bulto, traía una pantalonera deportiva y visiblemente se veía más dotado que su hermano mayor. Decidí dar el paso, me le acerque y le hable al oído.
—cariño si sigues así te va a explotar la poya.
Regrese a los trastes y comencé a contar en voz baja, Arturo duro 10 segundos en venir a rempujar su poya en mi culo y duro un rato antes de hablar, pero cuando hablo lo hizo mucho más desesperado.
—mamá mira como me tienes, todas las noches me la jalo pensando en ti.
Sonaba desesperado, dolorido, caliente. No pude escucharlo sufrir así, me volteé, me puse en cuclillas y le saque la poya dura como roca, larga, negra y con las venas marcadas. Se la mame de inmediato, la chupaba como si fuera un dulce, le veía la cara de satisfacción y me ...
... sentía la zorra más puta de la tierra, entonces, en el marco de la puerta de la cocina vi a Alberto nos veía desde ahí, con la verga de fuera, masturbándose, me veía mamar la pija de su hermano, que me entraba en el fondo de la garganta provocándome arcadas, me veía disfrutarla. Arturo empezó a tener espasmos y sentí los chorros de esperma, gorgoteaba, un chorro tras otro y yo trataba de tragarlo tan rápido como podía.
Cuando me levante mi hijo menor me abrió la camisa descuento mis senos y empezó a tocarlos, me acariciaba desesperado, y empezó a chuparme un pezón y sentí a mí hijo mayor acercarse, me manoseo los senos y comenzó a chuparme en otro pezón, tenía a cada hijo prendido de un seno, y Alberto comenzó a acariciar mi clítoris.
—estás muy mojada zorra.
Sentía las poyas de mis hijos en las caderas, era una zorra sin lugar a dudas y me encantaba, estaba tan excitada.
—me vengo, oh!
No termine de decirlo cuando Arturo sin previo aviso se puso de rodillas y metió su lengua en mi concha encharcada, me lamía con calma y después rápido, no dure mucho cuando me vine como nunca antes.
Después de eso, nos fuimos a la habitación...