1. El amigo de mi marido 2


    Fecha: 04/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Estaba haciendo un mate y sentía como me late y me duele el ano, como va saliendo su leche mojando mi bikini, pero estaba en las nubes de tanto que me hizo gozar. Ese polvo robado, así sin haber planeado nada y de parado fue increíble. Mientras tomábamos mate lo llaman a su celular. «Mierda, mañana me tengo que ir», me dijo. En eso mi marido se presenta en la cocina, mas dormido que despierto, suerte que no estábamos haciendo nada. Eduardo le dice que mañana temprano se va, que lo llamaron. Al otro día temprano, Eduardo se va en su tremenda moto, yo sentía como un vacío, aunque el dolor en mi ano me recordaba ese momento tan maravilloso que pase disfrutando su pija cogiendo mi cola. Es el doble de la de mi marido y la quería volver a tener adentro, se la queria chupar, que me coja por la concha, de nuevo por la cola, quería estar desnuda en una cama con él, sentir su boca chupando mis tetas, quedé re caliente con Eduardo. Todos los días le mandaba mensajes, cuando mi marido no estaba en casa hablábamos horas por teléfono. Asi habremos estado dos semanas, hasta que por fín se me dio la oportunidad de ir a Montevideo a hacer unos trámites de unas tierras que mi marido y yo habíamos comprado. Me fui bien temprano, ya le había avisado a Eduardo que iba para haya, nos encontramos y nos besamos. con muchísima pasión. Me acompañó a hacer todos los trámites y a las once de la mañana ya había terminado todo. Eduardo compró comida y nos fuimos a un hotel, yo temblaba de pies a cabeza, ...
    ... estaba empapada. Cuando entramos en la habitación, me colgué de su cuello besando su boca, metiendo mi lengua buscando la suya, sentía sus manos acariciando mi cuerpo por sobre mi ropa. Lo aparte dejando de abrazarnos y muy despacio me fui desnudando ante su mirada atenta. Cuando estuve toda desnuda, empecé a caminar delante de él moviendo mi cuerpo muy insinuante. Eduardo se había desnudado también y me miraba tirado en la cama con su enorme pija dura. Yo le empecé a acariciar los pies, pasaba mi lengua por sus piernas sin dejar de mirar sus ojos verdes, fui subiendo lentamente hasta que tuve su tremenda pija contra mis labios, la empecé a besar, a lamer, abrí mi boca y le empecé a chupar esa hermosa y tremenda pija que tiene. Me la metía hasta la garganta acariciando sus huevos, sus piernas, y la seguía chupando. Mis pezones rozaban contra sus bellos púbicos, seguí besando su cuerpo, sintiendo sus manos acariciar mis tetas, mi espalda, me subí sobre él y besando su boca, acomodo su pija con mi mano en la entrada de mi concha y gimiendo como una loca sentía como esa tremenda pija me iba entrando toda, llenando bien mi concha de carne, haciendo que mas que un gemido, fuera un grito de placer al sentir que la tenía toda adentro. «Que buena pija que tenes, como me llenas la concha», le decía moviendo mis caderas y sintiendo como su pija se movía dentro mío. Yo tiraba la cabeza para atras disfrutando de como me estaba cogiendo y las manos de Eduardo me estrujaban las tetas. Me ...
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