1. Luisa y Joaquín la lían en la residencia de ancianos


    Fecha: 04/09/2018, Categorías: Gays Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... joven.
    
    Después de follar un rato con el encima de mí, decidimos cambiar de postura. Ahora yo me puse de espaldas, de pie y el me la metió desde detrás.
    
    -Luisa, Luisa, Luisa, decía.
    
    Yo no podía decir nada, solo gemía, pero joder, que bien me lo estaba haciendo Joaquín. El tío tenía mucho aguante y por lo menos estuvimos haciéndolo media hora más.
    
    -Ah, ah, ah, Joaquín, dime la verdad. Le dije. ¿Cuándo fue la última vez que follaste?
    
    -Agh, agh, gemía él. Hace, agh, hace, agh, dos meses, con una enfermera que me pusieron mis hijos en casa.
    
    Como dije, me había mentido antes. Pero decidí no decírselo. Parecía que se le acababa de olvidar.
    
    -¿Estaba tan buena como yo? le dije riendo.
    
    -No, agh, agh, tu estas más... agh, me corro...
    
    -Ah, ah, ah, seguía yo. Dime, yo estoy mas...
    
    -Buenaaa... aaaaah, joder, me corroooooo...
    
    En ese momento sentí mi coño explotar. Una tremenda corrida inundó mi coño. Joaquín se salió de mí y yo no pude evitar chuparle la polla y tragarme lo que quedó de su semen.
    
    Me había vuelto una cerda. Si mi chico se enteraba...
    
    -¿Que, te ha gustado Luisa?
    
    -Joder, Joaquín, esto ha sido increíble. Pero, no puede volver a pasar. Tengo novio y soy feliz con él. Le estoy poniendo los cuernos.
    
    -Ojos que no ven...
    
    -Sí, pero no está bien. Le dije mientras terminaba de vestirle y vestirme yo.
    
    Salimos del gimnasio, yo con el coño bien a gusto y el con la polla también y nos reunimos con el resto.
    
    Una semana después, Joaquín me dijo que quería presentarme a sus amigos. Al entrar, vi que los tenía a todos en su habitación, sentados en la silla de ruedas, con la polla al aire, y estaban muy bien dotados.
    
    Me relamí de gusto y pensé: ¿Con quién lo haré primero?
    
    Si mi novio se entera, me mata. Ahora soy una pervertidora de ancianos. Pero, alguna alegría hay que darles ¿no?
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