1. Sexo con maduros: Pedro


    Fecha: 07/09/2018, Categorías: Incesto Autor: pequeña, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la que estábamos juntos sentados en el patio de uno de sus amigos.
    
    — Vaya, Pedro, esa niña no se despega de ti ni un momento. Es tu sombra— había dicho una mujer que yo desconocía pero que ya comenzaba a caerme mal por lo apegada que estaba a él últimamente.
    
    — ¡Esa es la verdad!— dijo él para mi sorpresa y me asusté un poco por la idea de que mi presencia ya le fastidiase, él me tomó por la cintura y me sentó en su regazo como hacía cuando yo era niña — ¡Es que es mi hija! — y antes de que yo pudiese decir algo estampó sus labios en mi mejilla haciéndome colorar.
    
    Desde entonces en serio que no despegué de él, acostumbraba acompañarlo a todo lugar sin importar que tarde era o si era un lugar apropiado. A mi madre mucho no le importaba porque había tenido otro bebé y debía de cuidarlo y a mi padrastro mucho menos, mi hermana se había ido a la ciudad y yo no tenía interés en estar en mi casa. Yo dormía en casa de Pedro, comía con él y hasta me bañaba con él. Desde ese primer día, en el que le pregunté si podía ducharme con él todo cambió lentamente.
    
    Al principio le pareció una locura, pero después de verlo con grandes ojos aceptó no muy convencido, él mismo me había quitado la camisa grande que traía sobre mi cuerpo ocultándole mis pechos que ya no eran planos.
    
    — Ya no eres una niña— había dicho mientras me miraba a los ojos raramente serio.
    
    — Eso es lo que he intentado decir,papi.
    
    Me deslizó las bragas, lo escuchaba maldecir mientras las deslizaba por ...
    ... mis piernas y todo en mi estaba vivo. Intentaba no saltar de la felicidad, aunque está dominaba mi cuerpo, sin embargo, ese solo fue el primer paso, aunque no me decepcionó en lo absoluto. Ambos estuvimos durante minutos bajo el agua y por fin, mis labios conocieron los de él a plenitud, había descubierto el cuerpo desnudo de mi ex padrastro, el cuerpo que tanto deseaba y el que me hacía vibrar. Aquel cuerpo que había deseado desde ese caluroso día en la playa. Había probado sus labios, los mismos que había probado muchas más mujeres, pero eso no importaba porque yo los sentía míos.
    
    Después de aquella ducha, él secó cada parte de mi cuerpo y me vistió. Me hizo jurarle mantener el secreto y así lo hice, todos seguían pensando que yo era la sombra de Pedro, la hija de su ex pareja que lo llamaba papi porque lo veía de una forma paternal. Sin embargo, ese apodo iba mucho más de lo paternal, era erótico y me encantaba ver la reacción que causaba en el él. Él era mi papi. Yo era su niña. Todo iba bien.
    
    Recuerdo haberle dicho que me quería casar con él, pero solo causé que se enojara. Recuerdo haber llorado durante horas por el simple hecho de que él me dijera que no quería casarse con una chiquilla virgen que estaba obsesionada con él, tal vez eso era verdad. Al final había decidido tomar todas mis cosas e irme, ya tenía mis cosas reunidas cuando el irrumpió en el cuarto y me suplicó no irme. En mi cuerpo hubo felicidad al saber que él me necesitaba, tanto como yo a él.
    
    Ese ...