1. Soy una fisgona


    Fecha: 08/09/2018, Categorías: Confesiones Autor: anis, Fuente: CuentoRelatos

    Tengo 19 años, pero sin desearlo, presencié un encuentro sexual entre mi tía y su novio (omito nombres). Fue una noche calurosa que no podía conciliar el sueño, escuché tenues ruidos como risas, quejidos y murmullos que provenían del living, me levanté para ver que sucedía y desde la oscuridad pude ver la sesión de besos y cachondeo de mi tía, que contaba con unos 18 años y su novio, un apuesto chico de poco más de veinte años.
    
    Me llamó la atención, y como ellos no me podían ver en la oscuridad de la escalera donde me encontraba, con seguridad me senté en uno de los escalones a observar con detenimiento aquella sesión de besos y manoseo de ambos. Bajo la tenue luz que daban dos lámparas del living, apreciaba como él tocaba sus senos bajo la blusa desabotonada, y luego los sacaba, los besaba y chupaba efusivamente mientras ella se retorcía de placer, al mismo tiempo él metía su mano bajo la pollera sin que ella hiciera nada por evitarlo. Hubo un momento en que ella desatoró el cinto y bajó la cremallera del pantalón de él, quien colaboró levantando un poco el trasero para que le sacara el pantalón primero y enseguida la trusa, saltó enseguida un enorme pedazo de carne inflamada dura y elástica, lo cual me impresionó sobremanera ya que, yo nunca había visto el pene de ningún hombre, sabía por los comentarios que siempre hacíamos las chicas del colegio, que a los hombres les crecía y se les ponía dura su cosa, cuando besaban y tocaban a una chica, pero la verdad es que yo ...
    ... nunca imaginé que sería a tal grado.
    
    También pude apreciar como ella lo tomaba con su mano con un movimiento de sube y baja, sabía también que esa era la manera de masturbarse de los chicos, pocos instantes después lo llevó a su boca y lo chupó efusivamente describiendo con su cabeza los mismos movimientos de sube y baja que hacía con su mano, él cerraba fuertemente los ojos y gesticulaba mostrando que le causaba gran placer mientras emitía sonidos guturales que ella trataba de acallar con su mano. Llegó el momento en que lo sacó de su boca, se recostó en el sillón abriendo las piernas, mientras se colocaba en esa posición apenas por un instante pude distinguir el velludo sexo de ella, él metió su cara entre los muslos de ella y se veía que le causaba visibles estremecimientos.
    
    Por mi parte empecé a sentir mucho más calor del que había en el medio ambiente, empecé a experimentar cosas que nunca antes había sentido que me llevaron instintivamente a tocar mi raja bajo mi bombacha de dormir, con la yema de mi dedo, la recorrí causándome gran placer sobre todo en un punto hasta arriba donde nace la rajita, en ese tocar, noté que me salía por el agujerito de abajo un líquido abundante y resbaloso y que sobre los labios que rodean la raja me empezaban a crecer vellos y gran cantidad de pelusa.
    
    Él la tenía con las piernas abiertas al máximo tomándolas por los tobillos mientras con la cadera describía movimientos hacia adelante y atrás, no era posible ver pero desde luego que ...
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