1. Anoche soñé contigo - Primera parte (basado en película de 1992)


    Fecha: 03/10/2022, Categorías: Voyerismo Tus Relatos Autor: Arandi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    —¡Chabela! ¿Hoy sí? —preguntó Totó con ansiedad, deseando en su interior que la respuesta fuera afirmativa.
    
    Sin embargo, Chabela volteó, y, sin dejar de mascar su chicle despreocupadamente, le hizo una seña de "espérate tantito" con sus dedos pulgar e índice. Esto bien podía significar uno, o varios días más, pero, de cualquier manera, se veía como una eternidad para un joven aún virgen que se moría de ganas por dejar de serlo.
    
    Totó ansiaba iniciarse en el sexo. Y es que, a su edad calenturienta, se le sumaba el estar ante las puertas de lo que bien podía considerar la entrada al mismísimo paraíso (y me refiero, por supuesto, a ese par de dilatadas nalgas que tenía la muchacha). Era comprensible, por tanto, que el contenido de sus sacos testiculares estuviera al punto del desparrame absoluto. Sus espermas hervían anhelando ser expulsados.
    
    Y no era para menos, la imagen de aquella chica se le presentaba cada noche desde que la conoció.
    
    Si despierto se hacía diaria chaqueta en su honor, dormido no dejaba de soñar con ella, mientras hacía movimientos pélvicos como expresión inconsciente de su necesidad de culearla. La necesidad de expeler aquellas “ansias” le quemaba por dentro. El muchacho estaba jarioso.
    
    Tanto Totó como su buen amigo Quique habían iniciado esas vacaciones de verano estimulando sus, ya de por sí, alborotadas ansias de coger mirando historietas picantes a todo color. Desde el “¡Así soy...! ¿Y qué?”, hasta el “Sensacional de Colegialas”, pasaban ...
    ... por sus manos y los leían con gran avidez y morbo.
    
    Pero tales historietas apenas eran la entrada.
    
    —¡Miren nada más esos culazos de viejas...! ¿A poco no se les para de sólo pensar en metérsela a una de tan tremendo culote? —les dijo una voz aguardentosa, a la vez que se les ponía ante sus ojos una revista con fotografías de mujeres desnudas con tremendos volúmenes llenando sus páginas.
    
    Así era acicateado el inquieto padecer que los jóvenes sufrían por Don Cuco; dueño del quiosco de periódicos y revistas en donde Totó y Quique se cultivaban.
    
    Don Cuco les dejaba mirar historietas y revistas de índole sexual sin empacho alguno, por lo que estos chamacos diariamente lo visitaban.
    
    —Miren, como esa es la que les digo —dijo Don Cuco, y señaló, sin ninguna vergüenza, a una mujer que iba pasando frente al puesto de periódicos—. Así es la que me estoy chingando, pinche señora de buenas carnes... así, así, igualita, culona y con unas tetas bien lecheras... no si les digo, las caderonas les hierve la sangre. Les urge que se las claven. Entre más anchas están, más hambreadas de macho son, me cae de madre que es ley de vida.
    
    Totó rio del comentario, sin saber a ciencia cierta si el Don estaba chanceando, o si tales palabras serían verdad.
    
    —Ay, ¿a poco Don Cuco? —comentó Quique.
    
    —Claro... ¿no me crees? Si les digo que ella misma se me lanzó. ¡Pinche vieja! Es más, está más buena que esta ruca... ah, pues mira —les dijo.
    
    Y el viejo les pasó otra revista donde una ...
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