Después de mi divorcio me volví puta - Relatos Eróticos

Después de mi divorcio me volví puta

... caminar mientras se mojaba los labios con la lengua, yo sonreí llena de orgullo.
En cuanto entramos a mi recamara yo me senté en el borde de la cama mientras el se quedó parado frente a mi, yo le mire el bulto bajo su pantalón y después busque su mirada, cuando nuestros ojos se encontraron mordí mi labio inferior sensualmente, el entendió mi señal y comenzó a desabrochar su pantalon cuando lo bajo asta sus rodillas su boxer parecía que reventaría, se apreciaba una mancha de precum sobre la tela, dirigí mis labios y bese la mancha sabiendo que ahí estaba la cabeza de su pene, después sin mucha prisa agarre el elástico de su boxer de licra y lo empecé a tirar hacia abajo para dejar salir su pene y de repente salto a mi cara amenazante aquel pene ni muy grande ni muy grueso, apenas el tamaño perfecto para perder mi virginidad de unos dieciséis centímetros y no muy grueso, de inmediato empecé a besar primero sus testículos que aunque no estaban depilados como me gustan tampoco estaban exageradamente peludos después metí aquel duro pene a mi boca y comencé a mamarlo tratando de no utilizar mis dientes para que solo sintiera la humedad y tibieza de mis labios, mientras el acariciaba mi pelo y mi rostro y soltaba quejidos de placer, después de un buen rato me tomo de la mano y me hizo ponerme de pie, nos besamos nuevamente y me hizo girar, me abrazo por detrás y repego su erecto pene contra mis nalgas, mientras yo gire la cabeza y seguimos besándonos, después de unos minutos ...

... me empujó suavemente haca enfrente quedando apoyada con las manos del colchón de la cama el levanto mi vestido, se puso de rodillas y comenzo a besar primero mis nalgas,  después metió su lengua en medio de ellas por encima del encaje de mi cachetero, enseguida se deshizo del mismo y abriendo mis nalgas con ambas manos hundió su cara en medio de ellas mientras su lengua urgaba dentro de mi pequeño orificio de amor, mientras yo arqueaba mi espalda tocando y apretaba mis puños tocando el cielo de puro placer, después de un rato se puso de pie y mientras escupía su mano para lubricar su pene yo lo miraba atravez del espejo del peinador de mi recamara y me retorcía de anciedas, en cuanto puso la punta de su pene en medio de mis nalgas sentí como una descarga eléctrica, y empezó a ejercer precio, sin mucho esfuerzo su pene se deslizó al interior de mi chiquito apretadito, cuando sentí la áspera mata de bello púbico chocar contra mis nalgas arquee más mi cuerpo para recibir asta el último milímetro de aquel durísimo pene y mi corazón se llenó de júbilo, mientras de mi garganta escapaba un ahhh de puro placer.
Poco a poco empezó a bombearme su verga adquiriendo mayor velocidad, al paso de los minutos su pelvis chocaba contra mis nalgas casi con violencia mientras sus dedos se enterraban en mis caderas de su rostro escurrían gruesas gotas de sudor que caían en mi espalda y nalgas con cada arremetida mientras el me decía cosas muy cachondas yo gemía como una verdadera puta. 
En ...