Después de mi divorcio me volví puta 2da parte - Relatos Eróticos

Después de mi divorcio me volví puta 2da parte

... grosor y el tamaño si me hicieron respingar, y aunque el dolor no era insoportable si me tuve que detener un par de veces antes de que mi chiquito glotón se tragara por completo aquella barra de carne ardiente, poco a poco y ayudada por Dámaso empecé a cabalgar empalada en la verga de mi militar mientras el me sostenía por las nalgas con ambas manos y chupaba mis pechos nuestros cuerpos se fueron empapando en sudor, yo sentía la tela de mi vestido pegada a mi cuerpo y podía ver brillar gotas de sudor en la frente de Dámaso, no sé cuánto tiempo paso porque perdí la noción, asta que de pronto Dámaso me tomo con más fuerza de las nalgas y tensando todo su cuerpo comenzo a eyacular dentro de mi, fue una venida tan copiosa que aún sin desearlo yo también empecé a eyacular debajo de mi tanga, por unos instantes pensé que me iba a desmayar de tanto placer, el callo de espaldas y yo sobre su pecho ambos exaustos, y para mi sorpresa no había ningún sentimiento de culpabilidad, solo satisfaccion total.
En cuanto Dámaso se recuperó un poco se metió a duchar, se puso su uniforme y lo acompañe a la puerta y antes de abrir me volvió abrazar, sus manos fueron directo a mis nalgas mientras yo puse las mías sobre su pecho y me pare de puntitas para besarnos, enseguida me dijo que esa no sería la última vez que nos mirariamos ya que el ...

... no estába dispuesto a dejar de chingarse esas pinches nalgotas tan ricas y mientras decía eso me las apretaba con más fuerza, y agrego con tono autoritario; escuchates? yo sintiéndome fragil y sometida a merced de un verdadero macho y no una mariquita como yo, solo agache la mirada y asentí con la cabeza, me volvió a besar y salió de mi casa, después de ducharme me puse otro vestido cómodo para dormir y otra tanga y me quedé dormida bien feliz y satisfecha, por pa mañana me desperté sintiendo la boca de don Memo recorriendo mis nalgas, cuando abrí los ojos lo pude ver completamente desnudo, ya se había bañado y estaba tratando de chupar mi ano, mientras masajeaba mis nalgas yo me acomode completamente boca abajo mientras el colocaba una almohada en mi vientre para que levantará más mis nalgas, y después de derramar suficiente saliva en mi orificio posterior empuño su pene y de una estocada lo hundió en mi chiquito para comenzar a cabalgarme, yo cerraba los ojos y recordaba a mi militar, no es que no disfrutará a Don Memo, al contrario había descubierto dos placeres diferentes y mientras elevaba las nalgas para ofrecerle una mejor penetración a mi viejito, la idea de descubrir un tercer placer, conocer una tercer forma de que me hagan el amor, tener un tercer pene diferente dentro de mi se me empezó agolpar en la cabeza...