La sirvienta que me amó - Relatos Eróticos

La sirvienta que me amó

... boca, no se si una o dos veces, Elvira se dejaba abrir las piernas al máximo y se retorcía en la cama, se notaba que la pasaba muy bien.  En la oscuridad me fui colocando entre sus piernas, mi verga estaba durisima, la coloqué entre sus labios vaginales y lentamente la fui penetrando, pude notar que estaba bien cerradita la muchacha, dio un quejido que tuve que callarla cuando se la dejé ir dentro, luego empujé más para que la penetración fuera total.  Luego me acomodé encima de ella y comenzamos a gozar, yo la pistoneaba rico, entre lento y fuerte, estaba gimiendo mucho entonces la besé para ahogar sus gritos. Yo me movía con un rico vaiven dentro de ella, de pronto ella suelta mis labios y comienza casi a chillar, está teniendo un orgasmo, le pongo la mano en la boca, porque ahora si es fuerte su gemido, ella comprende y se tranquiliza, pero sigue teniendo el orgasmo.  Yo se la saco y le doy vuelta de ese modo tengo su espada y sus nalgas, aunque en penumbra, le beso sus nalgas y por la excitación le comienzo a comer su culito, le paso la lengua varias beses por su ano y ella trata de quitarme, pero no puede porque la detengo.  Le voy besando su espalda y me pongo encima y la vuelvo a penetrar en su rajita, sigue estando muy apretado.  Le bombeo bien profundo y de nuevo comienza a excitarse la delgada chica, su coñito parecía tragarse entera mi verga y me producía un inmenso placer, estuve sostiendome, pero no pude evitar eyacular, comencé a darle duro para gozar hasta la ...

... último, sentí como el momento llegaba y saqué a prisa mi verga de su rajita y disparé sobre sus nalgas, fue una tremenda cantidad de esperma caliente.  Caí encima de ella, le besé el cuello y la espalda, cosa que no había hecho con ninguna de mis parejas con las que he tenido sexo, luego me quité y me puse a su lado a descansar, estaba muy sudado, igual que ella.  Me quedé un rato, ella se puso de pie y entro al baño a asearse, salió a los cinco minutos, con su playerita y sus pantaloncillos, yo ya me había puesto la pijama.  Estuvimos un rato charlando, ella se notaba nerviosa, le dije que se calmara que sería nuestro secreto.  Me despedí de ella.

El sexo con Elvira se mantuvo constante, podíamos tener sexo al inicio de la relación  cuatro o cinco veces por semana, yo compraba condones como pan caliente, porque llegué a darle dos o tres polvos continuos.  Cada vez me gustaba más ella y la miraba más bonita, más hermosa.  No me daba cuenta que me estaba enamorando de Elvira.

Ella dejó de trabajar a mediadados del año 2022, cuando hubo regreso a clases.  Se fue cuando yo estaba estudiando.  No había medido lo que yo la amaba, hasta ese día. Tardé dos días en darme cuenta.  La fui a buscar, no sabía donde era, pero pregunté y pregunté hasta llegar, la ví, hablé con ella, había regresado a sacar su último semestre.  Le dije que me hacía falta y quería que fuera oficialmente mi novia, ella se puso a llorar, me dijo que creyó que nunca más me vería, y que si, quería ser mi ...