1. Mi adolescencia: Capítulo 39


    Fecha: 17/09/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Adolescente, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando ya estuve vestida de nuevo me obligó a arrodillarme delante de la webcam y me puso su pene delante de mis labios. Estaba claro que quería inmortalizar ante el vídeo que estaba grabando con la webcam una felación como la del día anterior. Yo me quedé cortada y un poco descolocada. Pero a Iñigo no pareció importarle que yo no estuviese por la labor, porque empujó su pene hasta mi boca hasta que, por puro instinto involuntario, lo introdujo en mi boca. Aunque lo cierto es que una vez dentro de mi boca sí que me dio morbo todo aquello porque recordé de repente todo lo que había pasado en mi habitación el día anterior y lo memorable que fue aquella felación. Por lo que sin pensármelo mucho allí estaba yo a mis 18 años haciendo por segunda vez en mi vida una mamada a un chico. Por segunda vez en mi vida haciendo una mamada a Iñigo y lo que siempre me pareció repugnante, vejatorio y asqueroso me encantaba cuando se lo hacía Iñigo. ¿Sería por estar enamorada por primera vez en mi vida? ¿Sería porque Iñigo era igual de morboso, fetichista y obsesivo que yo? No sé. Solo sé que lo disfrutaba. Aunque desde luego él lo disfrutaba mucho más a juzgar por los gemidos de placer que entonó sin cesar.
    
    La felación duró un rato considerable. Él cual empleó Iñigo en mirar continuamente en el monitor del portátil para cerciorarse de que se estaba grabando todo perfectamente. De repente, con algo de brusquedad, sacó el cuello de mi camisa por fuera del jersey y tiró de él como indicando ...
    ... que acelerara el ritmo. Por unos segundos fue él el que impuso el ritmo, pues si tiraba del cuello de mi camisa hacía arriba yo aceleraba un poco más, mientras que si permanecía sin tocarme el cuello yo seguía a mi ritmo de siempre. Finalmente, muy complacido por todo lo que estaba ocurriendo (también yo estaba muy complacida, he de reconocerlo, si fuera cualquier otro chico jamás hubiese disfrutado con eso, pero con Iñigo era diferente). Él no dejaba de sonreír, y no dejó de hacerlo en ningún momento. Se llevó la mano a la cartera que guardaba en uno de los bolsillos de su pantalón y sacó un preservativo. Con mucha delicadeza me colocó de nuevo mirando hacía la webcam del portátil. Se puso el preservativo y empezó a penetrarme de nuevo en la posición del perrito. Yo estaba muy excitada, he de reconocer, pero podía ver en el monitor que él en esos momentos estaba mucho más excitado y me deseaba con pasión.
    
    Las embestidas al penetrarme no fueron nada fuertes. Al contrario. Fueron muy suaves y lentas, como si estuviese saboreando cada una de ellas, como si las estuviese disfrutando lenta y pausadamente, como si hubiese disfrutado al máximo con la felación y ahora solo quisiese deleitarse en plan lento penetrándome por detrás. Solo hizo dos cosas aparte de penetrarme. Una quitarme lentamente poco a poco el jersey el cual tiró lejos de donde estábamos. Me quedé en camisa. Y la segunda cosa que hizo fue desabrocharme poco a poco la camisa mientras veía como lo iba haciendo en el ...
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