1. Una ciega chancha y putita (Tercera parte)


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: Fetichismo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... no supe sostener.
    
    Entonces, así como de la galera se me antojó ver a la venezolana entre nosotros.
    
    Esperé a que el tipo se vista con todo el relax del mundo, y en cuanto se despidieron le propuse sin tapujos:
    
    ¡che nena, quiero que manosees toda a la cieguita, que le chupes las tetas y le saques la bombacha!
    
    No quiso saber nada con juntar su boca a su piel porque, me aclaró con seguridad que no le caben las minas. Pero sí la re manoseó, le dio unas cachetaditas dulces en la cara, y le sacó la bombacha para hacérsela oler y lamer mientras le frotaba la conchita con una almohada, y respondía a cada pregunta de mis sentidos turbados de tanta calentura.
    
    ¡¿vos la bañás seguido a mi putita preferida?, la ayudás a ir al baño?, le ponés toallitas a la chancha?, la viste comerle la boca a una mina de acá?, se mojó toda no?, tiene olor a pis mi nenita?!
    
    ¡sí papi, yo la baño siempre, le paso el jabonsito por la cola y la conchita, no mi cielo?, no, ella se pone sola las toallitas, y siempre se chuponea con la Pinpoya, con la Colo o con la Nati, pero conmigo ni ahí! Está toda mojadita tu nena, y no tiene olor a pis, pero sí su bombacha, no cierto trolita?!, decía con ternura, paciencia y sadismo la venezolana, de quien jamás supe su nombre.
    
    Yo me pajeaba como un adolescente, hasta que la morena me dio la orden de actuar antes de irse a tomar una cerveza.
    
    En ese momento la morocha tuvo que vestirse cagando porque un flaco la solicitaba en la barra, y con ...
    ... suma urgencia.
    
    Entonces, no me quedó otra opción para satisfacción de mis testículos inflamados que poseer a esa pendeja toda acabadita por las frotadas y el franeleo de su compañera.
    
    Le di duro, haciendo que la cama sienta el vigor de mis envestidas, que sus tetas revoten llenas de mi saliva contra mi pecho, que mis manos le abran las nalgas para rozarle el ano con el bollito que se había hecho en la sábana y para que mi pija se ensanche como una bestia salvaje entre sus jugos pegajosos.
    
    Me pedía por favor que no le deje tantos chupones en el cuello.
    
    Me abría la boca cada vez que le tocaba los labios con los dedos que, con mucho laburo lograba meterle en la conchita para lamerlos y morderlos, y ponía carita de cógeme toda cada vez que le estiraba los pezonsitos.
    
    Le acabé adentro en medio de una charla en la que fantaseábamos con que la loca quedaba preñada.
    
    Me llevé su bombacha, le regalé mil pesos y salí minutos antes de que mi novia me llamara al celular. De hecho, la atendí ya vestido con ayelén colgada de mis hombros y toda desnudita. Le dije que estaba durmiendo en lo de un amigo, y en teoría me creyó.
    
    Otra tarde la retiré del aburrimiento de su cuarto y me la llevé a pasear en colectivo. Eso fue una locura!
    
    Fuimos de Campana a Capital y gratis, ya que ella tenía un pase por discapacidad, y ni bien nos sentamos empezamos a comernos a besos.
    
    Ahí le liberé una de sus tetas y se la chupé con sigilo, mientras le fregaba la fresa sobre su calza ...