Sangre caliente - Relatos Eróticos

Sangre caliente

... entre mis nalgas para refregar su cara por toda mi raya. Cuando volvió a meter su lengua en mi boca sentí como había cargado con mis olores por su cara, le lamí la pija que casi no me entraba en la boca y sentí los nervios de las mismas palpitar dentro de mi boca. El primer polvo me trabajó la cola (muy ajustado y entro un pedazo dejando casi la mitad de la verga afuera) Descargó su lehe en mi boca y antes de poder tragarla o enjuagarme la boca, literalmente me chupo la jeta. Mientras nos vestíamos no paró de manosearme y aún de vuelta en el auto ne seguía ardiendo la cola. Nos chupamos las lenguas antes de separarnos y a la noche antes de dormirme me masturbé pensando en todo lo pasado. Ese hombre era un degenerado, la lamida de pies, la chupada de culo y concha, como me pasaba la lengua por el cuello y cara y el resto del cuerpo y la olida de tanga con manoseo continuo. Tenía razón las descocada, hombres así hay que experimentarlos. Por ahora, créanme, se adueñó de mi cuerpo...