1. La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0


    Fecha: 20/09/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... servicio que les daban las mujeres. Aquellas que toleraban mejor
    
    el castigo que les administraba, comencé a usarlas como “partenaires” y esclavas sexuales en
    
    sesiones especiales de sexo duro, el castigo que les infligía era por supuesto placenteramente
    
    compartido por mis clientes, para que después de esta ilustrada demostración y estando muy
    
    estimulados, me solicitaban los complaciera para consumar sus apetitos sexuales.
    
    -Bueno, ahora que conozco bien tu historia, “dijo Paula”, entonces buscaste después algo más extremo en estos eventos, dime como fue eso mi niñita.
    
    Ebba no contestó a su pregunta y continuó monopolizando el tema, diciendo:
    
    -Mira, hacer sufrir y ocasionar dolor para mí ha estado asociado al placer desde hace
    
    tiempo, es más, te diré que lo entendí así desde mis primeras relaciones, las cuales empecé a disfrutar a muy temprana edad.
    
    -Cuéntame entonces, quiero saber más de ti mi niñita la azuzo Paula con sus palabras.
    
    -Era una joven chiquilla cuando tuve sexo con el novio de mi hermana mayor Hanna,
    
    Verner se llamaba, era un aventajado amante, quien me inició en estas relaciones, estuve muy
    
    enamorada de él, tanto que hacía lo que él me pidiera.
    
    -Ya veo esto le sucede a casi todas las jovencitas acotó Paula, mientras Ebba proseguía.
    
    -En las noches, por expresa petición de él nos juntábamos a los pies de un viejo roble
    
    ubicado bajo la ventana del dormitorio de Hanna, quien desde allí nos observaba sufriendo ...
    ... el
    
    martirio de la infidelidad de Verner teniendo sexo con su hermana menor.
    
    -Querrás decir con la pequeña zorrita, le interrumpió nuevamente la morena.
    
    -Los encuentros si bien eran furtivos las primeras veces, a medida que se empezaron
    
    hacer rutinarios, me fui comportando cada vez mas desvergonzada; mis suspiros y gemidos
    
    durante el acto los hacía sin ninguna moderación, cada vez más fui siendo más descarada y
    
    bulliciosa por petición de Verner y luego por mi propia decisión.
    
    -Y en cada ocasión tú hermana los miraba desde su ventana, entonces eras desde ya
    
    una pequeña perrita, dijo con cierta seguridad Paula, como queriendo que Ebba le confirmara
    
    lo que le estaba narrando, a lo que nuevamente la rubia le negó la respuesta, prosiguiendo:
    
    -Ansiaba que llegaran estos momentos, cada vez que observaba la cara de dolor y congoja
    
    de Hanna iluminada por la mortecina luz de su lámpara de noche que se filtraba tenuemente,
    
    acompañándome en cada sesión de placentero sexo, que el insensible Verner me hacía sentir,
    
    llevándome hasta el cielo para luego venirme exquisitamente con sus íntimas caricias hasta
    
    saciarnos, consumiendo nuestras inagotables energías hasta casi no poder respirar.
    
    -Pero tú hermana no te enfrentó, ni puso fin a su relación con Verner, interpuso Paula en
    
    medio de la narración que hacía la escandinava, quien siguió con su monólogo como si nada.
    
    -Fue en una de esas noches en que fue consumado este éxtasis supremo, cuando Hanna
    
    saltó ...
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