CONOCIENDO LOS PLACERES ANALES - Relatos Eróticos

CONOCIENDO LOS PLACERES ANALES

Desde pendeja fui muy puta, ya de muy pendeja mi vecino se encargó de hacerme mujer por ojitos alegres. Me encontró observando a mi madre como cogía con otros hombres, era madre soltera y también muy fiestera. Me calentaba verla disfrutar cuando se la cogían con brutalidad y ella pedía más.
Como vengo de familia pobre y desatendida por mis padres, conseguía lo que necesitaba a cambio de sexo. No soy alta, pero de buenas curvas. De chica era algo pulposa, pero ahora ya desarrollada mis grandes caderas y gigantes pechos atraen a muchos. Después de los 15 aprendí a cuidarme físicamente, por lo que tengo un cuerpo bien torneado.
En mi barrio no nos tratamos de putas, ya que la mayoría tiene la misma condición y todas conseguimos las cosas de la misma manera. Pero en mi caso estaba dentro de las 3 más pretendidas por lo traviesa y completa que era al momento de satisfacer un tipo.
Para llegar a eso tuve que entregar mi culo también, algo que decidí desvirgar sola primero para saber la experiencia. Otras amigas ya lo habían hecho y en la mayoría contaron lo doloroso y traumático que fue, esto por que los tipos solo les interesa meterla con todas las fuerzas y bombearte salvajemente.
Así que una de ellas me recomendó empezar sola a practicar. Primero era en la ducha, metiendo solo mis dedos, luego el palo del secador y algún que otro pomo que encuentre en el baño, pero todos no muy gruesos. Mis clientes ya me esperaban para cogerme el culo así que debía aprender más rápido. ...

... Como no tenía mucha plata, en vez de comprar un lubricante usé la savia de la planta de aloe vera. Me busqué unas zanahorias y pepinos de diferentes tamaños y me encerré en el baño para probar. Primero me hice un lavaje anal con varios enemas, puse el aloe vera en una jeringa que tenía y con eso me lubriqué el culo y mis juguetes a medida que me los iba introduciendo. Después de dilatarme con mis dedos pasó la primera zanahoria, sin inconvenientes y entrando profundamente. La siguiente, la tuve quieta un momento hasta que se amoldó mi culo, pero suavemente fue entrando más, y disfrutándolo con el placer que me daba. Me la metía por completo y luego la expulsaba. Llego la tercera, comenzaba en la punta con 3 centímetros de diámetro y en la mitad se engrosaba bastante, llegando a los 4,5 centímetros, esta ya tenía el diámetro de una verga normal. Con mi agujero dilatado, entro sin problema al principio, y con unos pocos movimientos logré que se me introduzca toda. Con mi culo bien lubricado y mi calentura, no me estaba costando meterme esos pedazos. Mientras cabalgaba ese rabo, le puse un preservativo al pepino y lo lubriqué bien. Este ya era mucho más grueso, tenía como 6 centímetros de grosor, así que de inmediato que hice salir la zanahoria me clavé el pepino en el culo. La buena dilatación que tenía hizo que me ingresara un buen pedazo. Luego, suavemente me movía y presionaba para que entre todo ese pedazo que me estaba dando tanto placer. Con esto logré llegar al orgasmo y me ...