1. Noches de masturbación pensando en ti


    Fecha: 21/09/2018, Categorías: Incesto Autor: BlancaLuna, Fuente: CuentoRelatos

    Así comienzo a pensar en imágenes y literatura erótica, que hoy en día ya son parte de mi rutina, al llegar la noche mis tangas ya están muy húmedas, mi mente ha hecho la mitad del trabajo. Al llegar a mi casa, me dirijo a mi cuarto, y una vez allí mi cuerpo me pide desahogo, mis manos ruegan poder acariciar, estoy tan lista para entregarme, tan dispuesta a tantas cosas que se quedan rezagadas y frustradas, solo me conformo conmigo misma, con darme placer recreando mi mente con tus palabras.
    
    Escucho música, lenta y embriagadora música que me incita a liberarme, el deseo comienza a recorrer con más intensidad mi cuerpo, mientras las notas arrullan mis pensamientos, es delicioso sentir que mi imaginación es capaz de traerte a compartir conmigo este éxtasis. Me desvisto con la suavidad que se deshoja una margarita, por encima de la tela acaricio mi cuerpo, mi cara, mi cabello y mis brazos, mis manos se convierten en una manifestación más de tu invisible compañía, las paso por mis senos mientras hierven bajo la blusa, mi streaptease solitario te llama, quiero que escuches mi corazón acelerando su latido, y mi respiración cada vez más profunda. La falda cae, mis muslos se guían uno al otro en un suave vaivén, abrazo mi cintura y lentamente me quito la blusa. Abro los ojos y observo mi cuerpo, el baile se me hace tan sensual hasta a mi misma y esto es motivo de continuar, hasta ahora comienzo.
    
    Palpo mis tangas, están muy húmedas y decido quitarlas, mientras bajo mis caderas ...
    ... al ritmo de la música, comienzo a sentir la desnudez en mis genitales, rozo con la punta de mis dedos me vagina y esta tan tibia y tan mojada que me encantaría resbalarte en ella. Acaricio mi vientre, mi ombligo, subo poco a poco a mis senos, y los libero del brasier. Ahora estoy completamente desnuda, soy solo yo, solo una mujer queriendo ser tuya.
    
    Me acuesto en el piso de mi habitación, y allí me muevo de un lado a otro, formando figuras sobre mi piel, disfruto de esta leve excitación dejándome llevar por mi imaginación. Eleve mi pierna izquierda, para acariciarla lentamente, y pensé en lo deliciosas que se sentirían tus manos recorriendo mis piernas. Después subí desde mi estomago a mis senos, mis pezones erectos, tal vez por frío o tal vez por excitación, posiblemente por la combinación de ambos. Repartí caricias a todo mi cuerpo concentrándome en el movimiento de mis manos que casi se movían solas. Pensando en como sería estar contigo levanté las piernas, las abrí apoyándolas en la pared y comencé a acariciar de arriba a abajo, desde mi vagina hasta mi ano. En ese momento comencé a notar que estaba muy mojada, y me dejé llevar por los pálpitos cada vez más fuertes de mi vagina, dejé que una mano continuara masajeando mis genitales. Mientras que la otra buscó mis pezones, pellizcándolos despacio estaban muy duros, deseando ser besados así que pase mi lengua por mis senos.
    
    Mis dedos se deslizaban fácilmente por mi orificio, fueron entrando uno tras otro, hasta que sin ...
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