Mi primo me hace su mujer VI - Relatos Eróticos

Mi primo me hace su mujer VI

Roberto se mantuvo tocando su pene todo el tiempo que me cogían Pablo, Ramón y Carlos, por lo que supuse que no aguantaría mucho cogiendo. Luego de terminar de acomodarme el pantyligero color blanco, le pedí a Roberto que se subiera conmigo a la cama. "¿Qué posición quieres nena?" me dijo mientras me acariciaba las piernas. "Misionero, tú me vas a coger de misionero" le respondí al tiempo que le colocaba el condón en su muy endurecido pito. Me acosté de espaldas y pusé un cojín a la altura de mi cadera para poder levantar más mis piernas, él se colocó justo enmedio y puso su pene a la entrada del ano, mientras yo me aferraba a sus brazos y abría en compás las piernas.

Roberto pronto deslizó su verga adentro de mi y una vez que la metió toda le puse mis piernas alrededor de sus caderas para hacer más profunda la penetración. "¿te gusta el tácto de mis piernas con medias cariño?" le susurré al oído, a lo que Roberto respondió "sí, mucho, las siento muy suaves y tersas", "disfrútalo nene" le dije mientras movía mis piernas y pies en sus caderas y nalgas. Poco a poco Roberto comenzó a tomar un ritmo tan experto que sin darme cuenta cerré los ojos y sólo gemía de placer con cada embestida que daba, pues sabía cómo hacerlo. Sacaba el pene casi hasta la punta y luego poco a poco lo volvía a meter hasta el fondo, dejando sus testículos descansar en mis nalgas, pero en lugar de sacarlo inmediatamente, Roberto lo dejaba unos segundos pero movía sus caderas para que su pito se ...

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... moviera dentro de mi, dándole un rico masaje a mi próstata y a las paredes de mi ano. Mis gemidos comenzaron a volverse más y más constantes, Dios, sí que estaba recibiendo una clase de placer que no había sentido ni con mi primo José Luis.

Además, Roberto me comenzó a besar el rostro y los labios de una forma tan sensual que no podía creerlo, él que de acuerdo a las palabras de mi primo, era todo un semental para las mujeres, no sólo tenía su pene en el ano de otro hombre, sino que lo trataba como una vagina y a mí como a una mujer. Me estaba haciendo sentir una clase de placer que alcancé el orgasmo sin siquiera tocar mi pequeño pene, de repente sentí el orgasmo y cómo salía lechita de mi pene, cayendo en mi estómago y en el de Roberto, quien al parecer no le importó, pues justo cuando estaba yo con los espasmos de mi orgasmo, comenzó a susurrarme "así nenita, déjate ir, déjate ir completamente, no te detengas, gózalo como yo lo estoy gozando" WOOOOOOOOOOOOW mi cabeza me daba mil vueltas y lo comencé a besar como loco y él respondió a mi pasión orgiástica. "Papí, por favor, dame más placer por favor, lo necesito" le dije mirándolo a los ojos. "Lo que tú quieras cariño" contestó sin en ningún momento alterar el ritmo de la cogida que me estaba dando.

¿Recuerdan que antes de que me cogiera, pensé que Roberto no aguantaría mucho por haberse estado masturbando el pene mientras sus tres amigos se tomaban turnos para cogerme? Pues vaya si yo estaba equivocado, al ...