Apostando a mamá en un partido de póker
Fecha: 23/09/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... fueron a mezclarse con el vello púbico de mamá. Y Germán tuvo su segunda corrida en las manos de ella, que seguía pajeando, aun cuando la verga ya estaba semi fláccida, y el semen se derramaba de sus dedos e iba impregnarse en las sábanas.
Pensé que todo había terminado, pero Tomás se acercó de nuevo a ella. Con su pija más al palo que nunca. Los otros tres se hicieron a un lado y lo dejaron hacer. Al fin y al cabo, estaban ahí gracias a él. “Ponete en cuatro, perra” le ordenó a mamá. Ella lo hizo casi al instante. En ese momento supe que había llegado el momento en que mi mamá debería entregar el culo. Yo los comprendía, estar con una mujer como ella y no hacerle el culo, era como visitar Misiones, y no ir a las Cataratas del Iguazú. Era casi una obligación enterrar la verga en ese culo perfecto: grande, duro, y hermoso. Las horas que pasaba ejercitando no eran en vano.
Tomás enterró la verga despacio, haciendo que mamá grite de placer al recibirla. Se puso en cuclillas, encima de ella, y se la metió más adentro, de a poco, hasta que sus bolas peludas tocaron las nalgas de mamá. Ella gemía cada vez que él movía su miembro adentro suyo. Maxi, atraído por los gritos, se acercó y le metió la verga monstruosa, y sucia, de nuevo en la boca. Cosa que mamá recibió con deleite. Chupándola como ella sabía hacerlo, mientras el otro seguía adentro de su ano.
Los cuatro se turnaron para culear a mamá. Parecía que estaban imitando la coreografía de una película porno. Cuando ...
... uno acababa, el otro ya estaba con la verga al palo, dispuesto a introducirla en ese agujero divino, mientras un tercero le daba de mamar verga, y el cuarto, esperaba paciente, masturbándose.
A pesar de que habíamos acordado que la orgía duraría una hora, hace muchísimo más que estaban con mamá. Cuando por fin se cansaron, y se dispusieron a irse, yo bajé y me escondí en la cocina, no quería cruzarme con ellos.
“¡Muy buena puta resultó tu mami eh!”, gritó Tomás, sabiendo que yo lo estaba escuchando desde algún lugar.
Fui hasta la habitación para ver cómo estaba. La espíe a través de la cerradura, tal como lo estuve haciendo mientras la violaban. Aunque a estas alturas, creo que esa palabra no corresponde. Todavía permanecía acostada sobre la cama, que por las noches compartía con papá. Su cuerpo estaba lleno de semen por todas partes. La habían acabado al menos diez veces esa tarde. Yo tenía mi verga dura, y sentía mi calzoncillo empapado por el semen. No era líquido pre seminal, sino que en algún momento había acabado, casi seguro, mientras todos le hacían el culo. Estaba boca abajo y sus nalgas manchadas de semen parecían apuntar a mí.
Entonces entré, y justo en ese momento se movió, y me habló. “así que vos los trajiste” me dijo. Todavía estaba un poco embobada por el clonazepam que le había hecho tomar sin que se diera cuenta, pero sólo apenas. En realidad, me miraba con bastante lucidez. “si, yo los traje, y parece que te gustó” le dije. Acto seguido me tiré ...