Confesiones de una esposa - Relatos Eróticos

Confesiones de una esposa

Era hora de la clase de matemáticas a la que estaba llevando a  una de mis hijas ya que iba muy mal en la escuela.
Y aunque sabía que mi hija mayor (ya tiene diecinueve años) se irba a quedar a cojer en la casa con su novio que tiene tres años mas que ella. Podía más la calentura que tenía entre mis piernas.
Ya que aprovechaba ese tiempo de estudio de mi hija para poder verme con mi amante y revolcarnos en la cama del motel que estaba cerca de la casa de la maestra que daba clases especiales de regularización.
Soy una esposa desatendida en la cama tengo cuarenta y ocho años  y tuve la suerte de encontrarme a lo largo de algunos años con buenos amantes ya que soy muy caliente y exigente en cuanto al sexo se refiere.
Entiéndase exigente en cuanto a calidad no a cantidad.
Hace algunos años tuve una relación muy fogosa y caliente con un muchacho de unos treinta años de nombre César con el que primero conocí al hacer un curso de edición de  fotografía, hicimos mucha amistad y hasta nos juntamos para hacer un podcast.
En esa tarde planeamos un encuentro por de más cachondo y después de dejar a mi hija en su clase , me apresure para llegar al punto de reunión habitual.
Nuestros encuentros furtivos eran muy intensos y rápidos no había tiempo que perder porque era solo un par de horas de clase pero yo debía estar poquito antes de finalizar las dichosas clases.
Apenas entrabamos al cuarto del motel y nos abrazábamos y besábamos con mucha intensidad.
Después de manosearme ...

... sobre la ropa casi casi me la arrancaba para acostarme en la cama y avalánsarse cobre mi vulva.
Cesar tenía una lengua muy diestra y me hacía mojar mucho.
Para después meterme su verga muy rápido y profundo!!!...
Me hacía llorar de placer, era de tamaño perfecta para mi.
He tenido muchos hombres y me consta por experiencia propia, que no necesariamente se debe tener una gran verga para dejar bien atendida a una mujer. 
He tenido de gran tamaño y solo me lastiman y hasta se vienen rápido y para dejarme a medias solo mi marido.
Después de estar cabalgando sobre mi macho estaba a punto de venirme ya que me agarraba mis nalgas y las apretaba contra su erección para provocarme más placer.
Se vino dentro de mi y me dejó toda llena de leche me recosté sobre su pecho y descansamos un poco.
Platicando y vacilando acordamos que que bueno que mi hija no es muy lista para matemáticas porque si no no tuviéramos esos acostones todos los jueves por la tarde.
Debido a eso no teníamos mucho tiempo para vernos y solo cumplía la función de dejarme sin ganas cuando llegara a mi casa.Ya que mi esposo se dedicaba a eso dejarme con ganas cuando quería coger.
La excusa perfecta fue crear un podcast en mi casa hacíamos las transmisiones y ahí podíamos hacer un rapidito mientras mis hijas estaban en cerradas en su recamara.
Mi hija la mayor a veces no estaba, seguramente estaba con su novio cogiendo, ya que en más de una ocasión los llegue a cachar en plena faena en la sala de mi casa. Me ...