1. 44.2 Bajo cierto control


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... vivir sin ti. –giré mi cabeza ofreciéndole mis labios para que me los besara furioso,
    
    -Por favor, fóllame más fuerte, necesito correrme. –colocó sus manos en mis caderas y empezó a castigar mi culo con estocadas muy fuertes y largas que me hacían suspirar, gemir, gritar, hasta que temblé y caí inclinándome hacia adelante, me sujetó con sus brazos que pasaba por mi vientre y evitó que cayera rodando en el suelo. En esa posición comenzó a llenarme de la esencia de los dioses, que descargaba de sus testículos, clavándose repetidamente en mi ano.
    
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    Me desperté y estaba de espaldas a Gonzalo, me sentía feliz sin saber por qué y sonreía sin preocupación alguna por el dichoso informe de la empresa de seguridad.
    
    Sentía que Borja era de verdad un amigo en el que todos confiaban y yo no iba a ser menos, los tres tenían una fe ciega en lo que él hiciera respecto de la familia y depositaban su vida en sus manos. La fidelidad era mutua y muy fuerte.
    
    Recordé que había pedido a Gonzalo un escritorio, parece que hubiera dado mi acuerdo tácito a que aquello se convertiría en mi casa, también al no haberme negado a tener el mismo tratamiento de familia y aceptado que hoy vinieran a llenarme un armario de ropa o lo que hubiera decidido alguien por su cuenta.
    
    Me giré para ponerme de cara a él, estaba boca arriba durmiendo y con la cabeza girada hacia el otro costado, no podía verle más que un lado de la cara. Miré debajo de la ropa de cama, ...
    ... estaba desnudo con su pierna derecha estirada y la izquierda encogida formando un cuatro con ellas.
    
    Su polla descansaba sobre la pierna flexionada, el prepucio cubría todo el glande y su piel era muy negra, como la del arrugado escroto que protegía sus testículos, brillaba en algunas partes como si fuera el grafito de los lápices, la tenía en reposo y a pesar de ello la veía muy larga. Me acerqué para besar su hombro y dejar allí mis labios que no paraban de besarle acariciando su piel con ellos.
    
    Me gustaba el olor que desprendía su cuerpo, lo mismo que me pasaba con Nico al que no dejaba de recordar, y lo aspiré profundamente, era una mezcla de su sudor de la noche y el gel que tenía en su baño, no quería despertarle, pero sentía por su falo una atracción incontrolable y fui deslizándome con suavidad debajo de la ropa. Estaba a ciegas y solo su olor me guiaba ayudado por mi tacto.
    
    Noté la suavidad de la seda de su polla y la pasé por mis labios, y los abrí para besar su aromático pellejo, su olor era más profundo y contundente ahora, la levanté con mis dedos para llevarla a mi boca, estaba blanda, cálida y resultaba deliciosa bañada en la humedad de mi aliento.
    
    Tragué todo lo que pude y la dejé allí quieta, notando como iba creciendo y ocupando el espacio de mi boca, la saliva se me escapaba por mis labios de la cantidad que secretaba, hasta que no cupo más y dejé que fuera saliendo.
    
    Movió ligeramente su cadera para empujar y hacer que su polla entrara, entonces ...
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