Delicioso primer intercambio - Relatos Eróticos

Delicioso primer intercambio

... rico, y era muy cachondo, cosa que me agradó ; eso y ver a mi pareja dando placer muy rico a ella, hacía que toda la escena y el ambiente nos tuviera con la excitación al mil, pero hubo un momento en que mientras el esposo me estaba penetrando, de perrito, empezó a darme un calambre tremendo en la pantorrilla,  aunque al principio, pensé que podía controlarlo, no fue así y tuve que decirle que parara ; me puse de pie,y con el frio del piso, se me pasó, eso rompió un poco el ambiente de cachondez, pero poco a poco nos volvimos a enrolar en lo que estábamos. 
Nuevamente ella y yo nos acariciamos,  alguien  propuso hacer un 69, hasta ahí, todo bien; pero, se nos ocurrió que mientras nosotras nos dábamos placer oral, los señores nos penetraran, medio nos pudimos acomodar, ella estaba debajo de mí, su esposo penetrándome y mi pareja a ella; medio nos acomodamos, pero en una de esas, no se bien que pasó, no se las embestidas que mi pareja le daba a ella terminaron empujándome; yo a él y lo tiramos de la cama; la situación fue ...

... bastante graciosa y aunque rompió la calentura del momento fue muy divertido; una vez superada la risa, seguimos cojiendo, cachondeando, besandonos y disfrutando de las dos vergas que teníamos a nuestra disposición. Pude probar lo que es besar a una chica y luego chupar una verga entre las dos, también probar una rica puchita mientras me penetraban; e incluso tener una verga en mi boca, mientras otra llenaba mi cosita húmeda y alguien más saboreaba mis tetas y yo correspondí de la misma forma. 
Cuando terminamos, los cuatro  conversamos un poco, nos vestimos y nos dirigimos al estacionamiento donde se había quedado nuestro auto; en el camino intercambiamos impresiones y nos despedimos con la idea de que era posible reunirnos de nuevo. al quedarnos solos mi pareja y yo, nuevamente comentamos lo sucedido y lo excitante que había sido la experiencia; pero eso nos terminó excitando de nuevo y concluimos en que no podíamos irnos a dormir con esas ganas que aún nos quedaban; pero lo que hicimos él y yo solo, se los cuento después…